Según las últimas estadísticas la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de personas con Alzhéimer y otras Demencias, España es el tercer país del mundo con mayor incidencia de este tipo de enfermedades.

Ante estos datos, es imposible negar que nos enfrentamos a un reto mayúsculo que debemos afrontar como sociedad y, con mayor esmero, desde los servicios sanitarios y desde las residencias y centros de atención y asistencia a nuestros mayores.

En nuestro propio centro, Geryvida, la demencia y el alzhéimer son una realidad ampliamente presente entre nuestros residentes y con ella convivimos y luchamos a diario. Y digo luchamos porque los efectos adversos de estas enfermedades, si bien son imparables, sí que pueden combatirse a diario para ralentizar en la medida de lo posible su avance.

Nuestra labor como profesionales del área de la psicología y de la terapia ocupacional se centra precisamente en la estimulación cognitiva, tan necesaria para ayudar a nuestros residentes a que la evolución de su enfermedad no sea tan rápida.

A pesar de las limitaciones que nos hemos ido encontrando en nuestro camino en funciones básicas como la lectura y la escritura, no hemos duda en investigar, buscar y aplicar distintas herramientas que, por ejemplo, nos aportaran un trabajo visual, lo que supone una diferencia significativa con respecto a la intervención tradicional y cuyos resultados nos parecen más sostenibles en el tiempo.

De esta forma, llegamos a la estimulación y entrenamiento cognitivo basados en soportes electrónicos. Concretamente, empleamos varias plataformas que facilitamos a nuestros residentes a través de tablets que resultan más intuitivas y sencillas de manejar.

Su uso nos permite el control de variables tales como el tiempo de exposición a un estímulo y el tiempo de reacción permitido, terapias multiformato, un análisis más fluido de datos y un diseño muy ajustado entre el entrenamiento y la función ejecutiva que queremos mantener.

Para nosotros ha supuesto un avance significativo que ya forma parte de nuestro presente y que, sin duda, será una parte vital para el tratamiento de estas enfermedades en un futuro hasta el deseado momento en el que encontremos una solución definitiva para estas dos enfermedades.