No hay duda de que Jarramplas es una celebración singular, quizá una de las más extrañas de cuantas se desarrollan en el territorio nacional. Todos los días 19 y 20 de enero en Piornal un penitente ataviado con una ropa muy colorida y una máscara grotesca con cuernos y de forma cónica recibe una lluvia de nabos que le arrojan los vecinos. Todo eso lo hace tocando el tamboril.

Como es sabido, los orígenes de Jarramplas se pierden hace ya más de cinco siglos. La que se encuentra más extendida entre los piornalegos es que se trata de un ladrón de ganado al que los vecinos castigan por su robo.

Estos días también puede admirarse en el Vivero de Empresas de Piornal la muestra fotográfica titulada ‘Los 20 de enero’, compuesta por trabajos en blanco y negro de Jorge Armestar realizados en pasadas ediciones de la Fiesta de Interés Turístico Nacional.