Cumplimos, en el presente año, los 35 desde que se instituyera el Día de Extremadura en la fecha del 8 de septiembre. Echamos la vista atrás y puede que recordemos estas más de tres décadas con diferentes sentimientos pero tengo la certeza de que al final de ese imaginario recorrido acabamos con uno muy concreto: el de la esperanza. Quizá este año abrazamos con más fuerza esta virtud, que siempre nos acompaña.

Cada 8 de septiembre nos reafirmamos en nuestra identidad como comunidad autónoma, en nuestro compromiso con la tierra, sus potencialidades, recursos, particularidades y espíritu colectivo. Cada 8 de septiembre sentimos orgullo al mirar a nuestro alrededor y comprobar que tenemos la mayor de las riquezas: cada hombre y cada mujer de esta tierra. Este año, junto a la fuerza de la esperanza, se desprende la expresión más repetida e insustituible: gracias.

Gracias a todos los extremeños por el esfuerzo conjunto, el comportamiento, la comprensión y templanza con los que hemos ido adaptando nuestra vida desde el pasado 15 de marzo, cuando se inició el confinamiento al que nos arrastró la pandemia. Desde entonces nuestra manera de vivir ha cambiado y deberemos seguir adaptándonos a situaciones desconocidas e inimaginables hasta que el coronavirus apareció entre nosotros. La pérdida de tantos seres queridos en medio de la tragedia es la mayor herida, difícil de cicatrizar. En esta fecha recordamos a cada una de las familias que han sufrido los momentos más dolorosos.

Este 8 de septiembre lleva la firma de toda la sociedad extremeña, así estampada entre las diferentes Medallas de Extremadura del presente año. Hace tan solo seis meses nos sacudió la mayor crisis sanitaria habida en España en más de un siglo y el mayor reto al que se ha enfrentado la humanidad en los últimos 70 años. Cada persona, cada colectivo, cada institución, desde el lugar que corresponde, ha contribuido a superar las dificultades del día a día en los duros y desconcertantes tiempos que nos toca vivir. La Diputación de Badajoz, como Gobierno Local Intermedio, ha hecho lo que debía, lo que le tocaba hacer ante una situación desconocida para todos; no disimulamos el orgullo, la satisfacción e infinito to agradecimiento porque esta bicentenaria Institución reciba la Medalla de Extremadura, pero fundamentalmente nos sentimos así por el reconocimiento que supone para las mujeres y hombres que trabajan en ella y que son el mayor potencial para seguir prestando nuestros servicios a la provincia.

Como Institución Provincial hemos puesto a disposición de entidades locales y ciudadanos los recursos humanos y materiales a nuestro alcance para hacer frente a la crisis generada por la covid-19. Y seguimos trabajando para paliar, en la medida de lo posible, las secuelas económicas y sociales que deja la pandemia. Un camino difícil que no sería posible recorrer sin el esfuerzo de todos, empezando por los propios ayuntamientos. Alcaldes y alcaldesas, con sus respectivas corporaciones municipales, han actuado como escudos para proteger a sus localidades y han sido la vía de comunicación más fiel y veraz para sus vecinos, frente a bulos y rumores que han saturado las redes sociales. El mundo rural, tan acostumbrado a las adversidades, de nuevo ha demostrado afán de superación, se ha esforzado doblemente y ha sabido reconducir el día a día forjado desde su propia experiencia. Por más que haya quien busque tragedias y «el lado oscuro» -recordando el famoso tema que nos cantaba el malogrado Pau Donés- de nuestros pequeños pueblos, les animo a encontrar las bondades, la cara positiva y el lado más luminoso del entorno rural. Les aseguro que están a flor de piel.

La unión de esfuerzos, voluntades, capacidades y compromisos determinaron el Plan Diputación Suma +, para la reactivación económica y social de nuestra provincia; y, desde ella, contribuir a la de Extremadura. El respaldo unánime de toda la Corporación Provincial se materializó en las ayudas concedidas a los ayuntamientos, por un lado, y a empresas y autónomos por otro. Desde las diferentes sensibilidades y líneas ideológicas de los tres grupos que configuran la Corporación Provincial se hizo el esfuerzo en cesiones y llegar a consensos pues por encima de todo prevalece la ayuda a nuestros municipios y solucionar, en la medida de lo posible, los problemas de los ciudadanos. A todos los diputados mi agradecimiento por el sentimiento compartido de querer proteger a nuestra provincia y el esfuerzo realizado para ello. De todas las áreas, organismos autónomos y consorcios que integran esta Institución ha habido aportaciones valiosísimas para reconducir actuaciones y proyectos y así poder reforzar las líneas del Plan Suma, de concepción y ejecución inmediata dada la urgencia por las situaciones generadas.

Estar al lado de otras instituciones, colectivos, sociedad civil, trabajadores y representantes de los diferentes ámbitos que han destacado por su trabajo durante la crisis sanitaria ya es en sí el gran reconocimiento. De todos hemos aprendido y de todos seguiremos aprendiendo. A la Junta de Extremadura, en la figura de nuestro presidente, Guillermo Fernández Vara, el más sincero agradecimiento, de corazón, por las 10 Medallas concedidas, que son de todos los extremeños.

Azorín fue uno de tantos escritores que significó la fortaleza de Extremadura: «la fuerza se alía aquí al espíritu». Nuestra tierra tiene también la fuerza que da la esperanza, aliada incondicional para el camino que nos ha trazado este 2020. Por todo lo recorrido para seguir avanzando, desde la Diputación de Badajoz, GRACIAS.

MIGUEL ÁNGEL GALLARDO

Presidente de la Diputación de Badajoz