Villanueva de la Vera se prepara para vivir otro año más su Pero-palo, una Fiesta de Interés Turístico Regional siempre envuelta en el misterio y que convierte al municipio verato en escenario de una hermosa representación tradicional de sabor medieval, que ha perdurado por los siglos y en la que todos los vecinos participan.

La hospitalidad de los vecinos y lo hermoso de las calles y plazas de Villanueva convierten al Pero-palo en un acontecimiento que no se olvidará nunca, en el que el protagonista es un pelele en torno al cual se celebra toda una liturgia de acontecimientos los días 22 al 25 de febrero. Antes, el domingo 16, se ha celebrado el Día de la Cabeza, jornada de anuncio de la fiesta en el que se saca en procesión la cabeza de madera que año tras año encarna al pelele: la ‘turra’ del Pero-palo. Con su sombrero y su pañuelo es sacada por los mozos, que luchan por hacerse con ellas en medio del retumbe de tambores general. Tiene una mirada vacía, barba y bigotes que le dan un aspecto siniestro.

El momento más mágico del Pero-palo tendrá lugar a la medianoche del sábado 22 de febrero. Llega la hora de confeccionar el muñeco. Es una ceremonia a la que solo pueden concurrir los peropaleros. El traje de paño se rellena con paja y es cosido en medio de versos murmurados mientras suena el tambor. El muñeco está atravesado por un largo palo que en su extremo se coloca la cabeza y por abajo sirve para poner un asidero. Al alba, el Pero-palo se coloca en la Aguja, en la plaza, mientras se bailan jotas. El domingo 23 y el lunes 24 de febrero tendrá lugar la llamada ‘judiá’. El pueblo se divide en dos bandos. Unos son los partidarios de Pero-palo y otros contrarios. En determinado momento, unos avanzan hacia otros en actitud desafiante, para después reunirse todos y repetir el ritual.

CORRIDA DE ELECCIONES. El martes, día 25 de febrero, es la llamada Corrida de las Elecciones. El Martes de Carnaval el Pero-Palo es condenado a muerte por un tribunal popular y la sentencia se comunica al pueblo por un jinete que llega a lomos de un burro. Se disparan salvas al conocer la noticia.

Por la tarde los vecinos se visten con sus trajes tradicionales y comienza el paseo de los capitanes. Él llevará su bandera y la capitana un chorizo atado a una zarza, que simboliza la castración de Pero-palo.

Otra liturgia de esta fiesta es el ofertorio de las calabazas, que tiene lugar una vez que el paseo desemboca en la plaza. En él se recogen las aportaciones económicas de los vecinos. Cuando se hace la ofrenda, los donantes reciben aporreos de los alegres calabaceros, que encarnan los quintos del año.

El capitán y la capitana dan un paseo al Pero-palo al que sigue la jura de bandera con la insignia de la fiesta, formándose un gran círculo de personas en la plaza Mayor. Al anochecer llega el momento final del Pero-palo, ya que será manteado y quemado.