-¿Qué balance haría del último año?

-Posiblemente la del 2017 haya sido la campaña más complicada de los últimos 20 años. Habría que remontarse al año 83 y algo parecido al 92 para encontrar una campaña tan objetivamente mala. Para llegar a ésta conclusión hay que ver cómo está de equilibrado tu sector en lo que se refiere a la oferta y la demanda, una ley que va a ser eterna ya que cada día hay más tensiones por la dominancia de los canales de venta. Hubo años muy buenos, en los que el sector era menos eficiente y estaba menos en la excelencia pero ganaba dinero, por lo que era una llamada hacia nuevos productores y a que éstos aumentaran su producción. Pero en los últimos años ha habido un desequilibrio entre la oferta y la demanda, ya que ha disminuido ligeramente el consumo, al incorporarse muchos productos alternativos. Ahora todo el mundo está haciendo muy bien el I+D y hay una innovación importante. Esto genera productos que ‘canibalizan’ a nuestros productos. Si además, nuestro producto ha sido sobre plantado, pues el problema es mayor. Si nos cambian las reglas del juego en mitad del partido estamos muertos. Tenemos un producto excesivamente perecedero y nuestros mercados son relativos. Vemos que la demanda está bajo la amenaza de productos sustitutivos y por la disminución a los países a los que podemos llegar con eficiencia. Pero por otra parte la oferta está creciendo enormemente, bien es verdad que a partir del año 2016 decrecieron las plantaciones. Se puso de moda el fruto seco y muchos fruticultores se fueron hacia el almendro.

-¿Son el futuro el olivo y los cítricos?

-En este momento, dado los malos resultados del 2017, y que ya están viendo que la almendra se va reequilibrando en cuanto a oferta y demanda, los productores están apostando por el olivo y los cítricos. Por eso, en dónde hay climas adecuados, los productores se orientan por los cítricos y hacia olivos. Ojalá me equivoque pero hemos visto precios record de aceites en los dos últimos años pero no tendremos que esperar más de un año para ver precios record pero a la baja de ese aceite y está por venir todavía todo lo que se está plantando. Bien es verdad que sólo el tres por ciento de la grasa que se consume en el mundo es de la mejor aceite del mundo que es la nuestra, que está aumentando y que no es el caso de la fruta, y ¿porqué no es el caso de la fruta? Cuando tenemos las mejores variedades, los mejores productores la mejor tecnología, que en toda la historia de la humanidad en todos los sentidos. Pues porque al agricultor no le está llegando lo suficiente. Cuando no le llega lo suficiente el productor intenta defenderse con más eficiencia y la mayor eficiencia es la de producir más, y cuando se produce más, la genética tiene su límite. Aumenta los kilos por hectárea y está forzando toda la genética, y cuando esa fruta tendría que tener un potencial mucho más rico que todas las frutas que yo recuerde históricamente, pues descubrimos que pierden el sabor. También influye el punto de recolección. Cuando sometemos a un forzamiento al árbol, pues la fruta también lo resiente.

-¿Ha influido el tiempo en los resultados del año pasado?

-Todo eso que es un cóctel bastante complicado, el año pasado lo hicimos con diez grados más de lo normal. La gran diferencia del 2017 con respecto al 2018 son diez grados más en primavera. Esto que dicho así parece que no tiene importancia, si la tiene. El año pasado por estas fechas no bajábamos de los 37 grados, y ahora estamos en picos de 27 pero estamos a lo que toca, a 23-25. Ahora la fruta está encantada pero el año pasado tuvimos el febrero más cálido de la historia, y el enero, marzo, abril, mayo, junio... Nosotros teníamos la temperatura de Lepe (Huelva) por lo que teníamos la producción cuando Lepe. Lepe no se podía adelantar más porque el invierno no había sido normal. No es que se solaparan las zonas de producción sino que se solapaban las variedades, lo que provocó que sin haber una súper producción, había una sobre oferta, porque todas las variedades vinieron juntas. La fruta no tuvo una madurez normal, ya que fue arrebatada y por tanto, ni tenían sabor, ni la consistencia debida ni sorprendía al cliente con su presencia ni con su sabor ni con nada. Fue un cóctel horrible que hizo que los productores lo pasaran muy mal, las centrales de origen también y que por primera vez el retail o mercado minorista también sufriera. La diferencia para este año, para dar algo de esperanza se llama 17 grados, es decir, que el año pasado estábamos 10 grados por encima de lo normal y durante el mes de marzo, a causa de la lluvia, hemos estado siete grados por debajo de lo normal, lo que nos lleva a que pase lo contrario del año pasado, menos oferta, habiendo igual fruta, pero es verdad que el mes de marzo y abril nos ha traído granizo, por lo que tendremos una disminución de producción y una disminución de calidad, por lo que esperamos poder colocar en el mercado, alguna fruta que no esté totalmente perfecta en cuanto a la piel.

-¿Qué balance hacen desde Tany Nature?

-Yo siempre digo que Tany Nature nació en crisis, para la crisis y en un sector en permanente crisis. Necesariamente, un empresario que se dedique a esto, además de tener un halo vocacional, se tiene que llenar de razones para estar aquí y las razones que tiene Tany merecen la pena, como ya destaqué en la entrega de los premios de El Periódico Extremadura del año pasado, pues son la ruralidad, el proyecto agrícola, el social, y sobre todo Extremadura, que bien vale la pena. Pero al final, un empresario no vive de valores sino de generar cuentas de resultados positivas, cuanto más grandes mejor, y lo que tiene que saber es cómo reinvierte esos resultados y en eso Tany no ha hecho otra cosa que reinvertir estos resultados. Hay mucha gente que habrá visto esta sobreoferta de la que yo he hablado, en el momento en que se ha producido, pero la obligación de un empresario es verla antes para saber cuándo se va a producir. Desde Tany Nature vimos que esto iba a suceder y que iba a haber ventanas menos dimensionadas y por eso decidimos invertir en distintas áreas del Alentejo portugués, Andalucía y Extremadura para buscar esos productos nichos. Pero sobre todo lo que hicimos fue diversificación. Tany es una empresa totalmente especialista es conocida en el mundo por su liderazgo claro en un producto tan netamente extremeño como la ciruela. Ahora cuando se habla de fruta extremeña se habla de la ciruela y ahí hay un liderato claro de Tany Nature. Intentaremos no perder nunca este liderazgo y lucharemos para que así sea, con todas las demás familias de frutas, como la nectarina, el melocotón, el paraguayo. En estos años también hemos hecho unas inversiones enormes y tenemos un empleo enorme, sobre todo desde febrero hasta septiembre”.

-¿Será el empleo la gran apuesta de Tany Nature?

-A veces los empresarios nos quejamos que de que en momentos puntuales no tenemos trabajadores.Extremadura, las dos cosas más importantes que tiene son las personas y el agua, además de un clima correcto y otras cosas como los problemas logísticos. Lo que hay que luchar es por tus puestos de trabajo y de que cada día sean de mayor calidad. El empresario debe mejorar él pero también debe mejorar su entorno y su entorno más cercano son sus trabajadores. Tenemos que hacer que las campañas no sean campañas sino que tengan trabajo todo el año y por eso igual que en su día revolucionamos la fruta de hueso, cambiando los patrones, las especies, la forma de podar la forma de regar los mercados, pues ahora, estamos revolucionando otros productos tradicionales y que desaparecieron. Nuestra apuesta es que haya el mismo trabajo en los meses de invierno. Este año con el espárrago hemos creado trescientos nuevos puestos de trabajo en campo más ciento cincuenta en central, compitiendo con los productores de Méjico. Es una inversión grande y de riesgo, pero los resultados son razonables”.