Comenzaron de cero y gracias a ellos los habitantes de los pueblos de Cáceres tienen una calidad de vida excepcional. La constitución de los primeros ayuntamientos democráticos y la llegada de los primeros alcaldes marcó un antes y un después en la vida de los ciudadanos del país.

El pasado 27 de febrero la Diputación de Cáceres rindió homenaje a los alcaldes de los primeros 40 años de democracia en las instalaciones del Complejo Cultural San Francisco, que registró un lleno total de ediles. El acto comenzó con una mesa coloquio sobre el pasado, presente y futuro de las diputaciones provinciales a la que asistieron todos los presidentes de la institución de estos 40 años: Pilar Merchán, Antonio Caperote, Juan Andrés Tovar, Laureano León y Rosario Cordero. También se tuvo un recuerdo para Jaime Velázquez y Manuel Veiga.

Juan Andrés Tovar comentó que «antes lo único que había eran las diputaciones. Eso sí, teníamos un grupo de técnicos que conocía a fondo la provincia y sus necesidades».

Laureano León insiste en que hay que hacer un esfuerzo por conocer la institución. «Tiene una característica fundamental, es que atiende a los ayuntamientos, y quienes más saben cómo funciona son los alcaldes y concejales, que aprecian sus aportaciones en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. La misión de la diputación es que, con independencia del lugar donde resida un vecino, desde el pueblo más pequeño a la ciudad más importante, ahí tiene que estar la diputación para igualar en servicios, oportunidades e infraestructuras. La diputación nunca ha dejado de escuchar a los pueblos para facilitarles la vida».

Antonio Caperote, aseguró que al principio «no había nada en los pueblos, ni pavimentación ni alcantarillado y las casas consistoriales tenían trescientos años. Ahora nos preocupamos por la programación de la casa de cultura. Antes es que ni había casa de cultura».

Rosario Cordero, presidenta de la Diputación de Cáceres, recordó la transformación que ha experimentado la provincia. «Los primeros alcaldes tuvieron que trabajar temas como el abastecimiento de agua y el alumbrado. Hoy estamos diseñando el futuro, que para los municipios pasa por aprovechar las oportunidades del mundo rural y sus recursos para que generemos empleo».

Francisco Buenavista García, presidente de la Federación Extremeña de Municipios y Provincias (Fempex) hace una valoración muy positiva de la efeméride, ya que en estos «cuarenta años ha habido una combinación perfecta de recuperación de democracia, autonomía, integración en la Comunidad Europea y eso se ve reflejado en la transformación que han experimentado nuestros pueblos, que estaban abandonados carentes de infraestructuras y servicios y que ahora tienen los servicios básicos garantizados».

Sin embargo, Buenavista no quiere hacer un discurso complaciente y apuntó los retos que tiene el municipalismo extremeño en las próximas décadas. «Tenemos el reto de la despoblación en el mundo rural y que generar nuevas oportunidades de empleo. También tenemos que cumplir los objetivos 2020-30 de desarrollo sostenible de nuestros recursos. Hay que abordar la reforma de las competencias municipales y financiación local. De la misma manera, hay que habilitar nuevos mecanismos de participación de las entidades locales en el diseño de políticas europeas, que tienen una incidencia directa en la vida de nuestros vecinos».

También hubo una mesa redonda sobre el pasado, presente y futuro de las diputaciones de los municipios, en la que intervinieron los alcaldes más veteranos, como el de Cedillo, Antonio González y Carrascalejo, Amador Álvarez y la más joven, la alcaldesa de Porzuelo de Zarzón, Sheila Martín.