Ha creado un auténtico imperio de las golosinas y los frutos secos, que ha sobrevivido a varias épocas de dificultades económicas y de todas ha salido airoso, como está haciendo ahora. Esta es solo una de las razones que han convertido a Angel Sánchez Ortiz en Empresario Extremeño del Año 2011, el mayor galardón que otorga EL PERIODICO EXTREMADURA. En 1972 arrancó su carrera empresarial como almacenista y distribuidor de golosinas y frutos secos, tras ser despedido como vendedor de Chupa Chups, junto a más de 300 trabajadores de todo el país.

Con su hermano se planteó abrir el primer establecimiento de distribución en la calle Gil Cordero, de Cáceres, que años más tarde dio paso a la primera tienda, llamada El Cash de las Golosinas, en la calle Antonio Silva. Y ahí comenzó su reconocimiento. Poco a poco el empresario fue creando una red de vendedores promocionando el nuevo establecimiento a sus antiguos clientes. Así logró convertirse en el primer almacenista en la región que informatizó su red de ventas, controlando su producción desde las manos de los fabricantes hasta las de los consumidores.

En la actualidad Sánchez Cortés tiene 14 establecimientos de venta al público, varios de ellos, abiertos o ampliados desde el 2008. "En tiempos difíciles es más necesario que nunca cuidar a tus trabajadores, algunos llevan más de 35 años en esta empresa, y seguir emprendiendo", dice este empresario. Su apuesta ha salvado al menos a cinco de sus 60 empleados del paro e incluso ha contratado a más personal. Pero ahí no termina la historia. Este reconocido empresario, a sus casi 68 años, mantiene su apuesta por seguir creciendo. "Vamos a trabajar hasta que podamos, tenemos más proyectos y entre ellos está seguir abriendo tiendas", asegura.

Y es que la filosofía de esta empresa es "ir haciendo cositas poco a poco, pero seguir creciendo", sostiene y la crisis económica no será impedimento para Sánchez Cortés. El ya ha afrontado tiempos difíciles en varias época. Reconoce que esta es "la cuarta crisis" que conoce, pero matiza que "esta es la más grande que he visto". Sánchez Cortés dispone de establecimientos en las principales ciudades extremeñas: Plasencia, Mérida, Cáceres, Badajoz, Navalmoral de la Mata y Don Benito, pero detrás de cada una de ellas está el verdadero negocio de este empresario, la distribución a otros establecimientos. Desde hace 23 años cuenta con un almacén de 2.400 metros cuadrados en el polígono de Las Capellanías, en Cáceres, --donde además tiene un cash--, desde el que nutre una gran variedad de golosinas y frutos secos por toda Extremadura.

Su secreto para seguir brillando en tiempos en los que para muchos resulta difícil mantenerse a flote está en "tener muchas ganas de trabajar e ilusión por un proyecto pero también hay que tener mucha esperanza". Lleva desde los 12 años trabajando en el mundo de las golosinas y asegura que no esperaba verse convertido en el mejor empresario del año, pero aplicando la receta anterior "van saliendo las cosas".

Angel Sánchez Cortés no esperaba recibir el galardón de EL PERIODICO, un premio que le llenó de emoción y supone una gran alegría y satisfacción personal, reconoce. "Como imagino que habrán sentido todos los empresarios premiados a lo largo de estos años", señala. Para los próximos que suban al estrado a recoger este galardón del mundo de los negocios les deja un claro mensaje para lograrlo: "creer siempre en tu proyecto con todas las ganas, tener ilusión y esperanza y trabajar mucho". Lo que Angel Sánchez Cortés lleva haciendo desde hace más de 30 años y seguirá porque "yo aún tengo muchas ganas de trabajar y mientras pueda estaré ahí", reconoce.