Lorenzo Alcaraz fue el primer presidente del Cacereño e inauguró una lista que, para un club que cumple cien años, tampoco es demasiado extensa. 39 personas sale a poco más de dos años por cada mandato. El próximo 8 de mayo se ha convocado una asamblea de accionistas en la que Carlos Ordóñez será nombrado presumiblemente el número 40 después de que su empresa se haya hecho con la mayor parte de la propiedad de la sociedad anónima deportiva.

Varios cacereños notables están en el listado, con personas relevantes del mundo de la política, la empresa y el propio deporte que en su momento dieron el mismo paso al frente que ahora afronta Ordóñez.

A Alcaraz le sucedieron Arturo Matos (1920-22) y Nicolás Rodríguez (1922-23) antes de regresar durante dos años más (1923-25). Luego dejó de nuevo el cargo en manos de Tomás Gil Martín (1925-26).

Tras unos años sin actividad, Pelayo García Granados (1934-35) y Joaquín González Martín (1935-36) la retomaron justo antes de volver a interrumpirse por la Guerra Civil. Tras la barbarie, Cáceres fue recuperando ganas de fútbol de la mano de Óscar Madrigal (1941-44) y José Murillo Iglesias (1944-48).

Mucha relevancia en el deporte local tuvo José Sanz Catalán (1948-51) hasta el punto de que todo el complejo de la Ciudad Deportiva recibió su nombre durante años. El relevo en la presidencia lo cogieron José Manuel Jiménez (1951-53), Francisco Elviro (1953-54) y Manuel Cancho García (1954-44). La 55-56 debió ser una temporada convulsa, ya que se inició con Marcos Mariño Báez y se acabó con José Murillo.

Sí duró más Juan Antonio Sánchez Felipe (1956-58). Dionisio López e Isidro Fernández se alternaron en la 58-59. Fernando Turégano (59-60) abrió una década que se repartieron entre Antonio Fernández (1960-62), Emilio Ovejero (1962-66), José Mateos (1966-68), José Pérez Mallo (1968-69) y Juan Manuel Romo (1969-70). La primera mitad de los 70 fue convulsa (José Luis Hernández, José Juez, Adrián Casado, Fernando Bullón y Ángel Sánchez con apenas un año cada uno), algo que cambió con la llegada de Alfonso Canal Macías, el presidente que inauguró el estadio Príncipe Felipe y permanecería hasta 1980.

Su sucesor fue Valentín del Sol hasta verano de 1982, cuando se hizo cargo Tomás Rodríguez Santano. Este duraría hasta 1985. Otros tres años estuvo José Manuel Cebriá y bastante menos Luis Gallego y José Luis Alvarado.

Intentando revestir de ilusión el proyecto, aunque las dificultades económicas no dejaban de aparecer, la etapa de José Félix Nevado (1991-94) fue el precedente de una más extensa aún de Ángel Carrasco (1994-99).

Con Félix Campo el club se convirtió en SAD, pero la ciudad le mostró una creciente indiferencia. Hasta el 2008 duró la gestión del empresario salmantino. Fue entonces cuando Antonio Martínez Doblas adquirió el club, pero como presidente quien ha constado a nivel oficial ha sido su padre, Antonio Martínez Buzo.