MÉRIDA, además de la capital autonómica, es un espacio donde la huella romana está patente a cada paso; no en vano, su conjunto arqueológico está considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Además, Mérida, por su cercanía a otros núcleos urbanos, es un referente de la riqueza cultural, económica y arquitectónica de Extremadura.

Precisamente esta circunstancia y con vistas a la idónea conservación de este patrimonio existe el Consorcio de la Ciudad Monumental, Histórico Artística y Arqueológica de Mérida, compuesto por la Junta de Extremadura, Ministerio de Educación, Diputación de Badajoz y Ayuntamiento de Mérida.

La ciudad tuvo su origen en el siglo I antes de Cristo, cuando Publio Carisios por orden de Octavio Augusto decide asentar junto al Guadiana a los soldados veteranos y dividir la península en tres provincias, una de ellas llamada Lusitania, que sería con el tiempo Emérita Augusta. Hasta la caída del Imperio Romano Mérida es un núcleo importantísimo económico. Suevos y visigodos siguieron considerando a Mérida como su capital. En el siglo VI el cristianismo se afianza en Mérida y tiene como principal exponente a la mártir Santa Eulalia.

La ocupación de la ciudad por las tropas de Muza sumió a la ciudad en un declive. Alfonso IX reconquistó la ciudad y con los Reyes Católicos inicia una recuperación económica. Mérida, por su posición, se vio envuelta en las disputas de los Austria y los Borbones. Durante la invasión francesa sufrió un deterioro de su patrimonio artístico. Con la llegada del ferrocarril la ciudad experimentó una expansión como núcleo administrativo e industrial de la comunidad extremeña.

TEATRO ROMANO

Probablemente el monumento más emblemático de la ciudad sea el Teatro Romano, construido en los años 15 o 16 antes de Cristo. Se cree que durante el mandato de Trajano sufrió la remodelación más importante con la construcción de esa característica e impresionante fachada cerca de la escena. Fue un espacio donde se estrenaron ex profeso algunas de las obras teatrales más importantes de la época. La grada tiene tres zonas donde se acomodaba el público según clase social. Está en la periferia de la ciudad romana y parte del graderío se encuentra en el cerro del Albín. En su época tenía una capacidad para 6.000 personas y en la actualidad está en pleno uso y es el lugar donde se representan las obras del Festival de Teatro Clásico.

Por su parte, el Anfiteatro Romano se dedicaba a las luchas de gladiadores y de estos con fieras. El graderío tiene una capacidad para 15.000 espectadores.

Sin embargo, el que era el mayor de los edificios destinados a espectáculos era el circo, puesto que tenía 400 metros longitud y 100 de anchura. Cuenta con un centro de interpretación y es visitable. La capacidad duplica a la del Anfiteatro Romano y en él se celebraron carreras de cuádrigas. Probablemente fuera construido en el siglo I, en época de Tiberio.

El Puente Romano sobre el Guadiana diseña la ciudad de Mérida y tiene casi 800 metros de largo, así como 60 arcos.

El llamado Acueducto de los Milagros, por la excepcionalidad arquitectónica, se encargaba de traer agua desde el embalse de Proserpina a la ciudad. Tiene una altura de 25 metros y está realizado con sillares de granito. La presa de Proserpina, que se encuentra a 5 kilómetros de la ciudad, es la más importante del mundo mediterráneo. Otro importante acueducto es el llamado de San Lázaro o Rabo de Buey, del que quedan interesantes restos, construido para conducir las aguas subterráneas y salvar el valle del río Albarregas. Por su parte, el Templo de Diana es uno de los pocos edificios de carácter religioso que se conservan perfectamente. No obstante, y a pesar de su nombre, estaba dedicado al culto imperial. Se conservó tan bien porque formó parte del Palacio del Conde de los Corbos. Está en pleno núcleo urbano de Mérida e impresiona al visitante. Muy cerca se encuentra el Pórtico del Foro con diversas hornacinas con estatuas.

En los años sesenta aparecieron los restos de una domus o casa romana que se denominó Casa del Mitreo, en la que destacan sus jardines y sobre todo pinturas murales y un mosaico cosmológico en el que se representan de forma alegórica determinados elementos naturales como el viento y el agua, todo ello presidido por la figura de Aion.

El viajero sin duda se quedará extasiado ante el llamado Arco de Trajano, aunque esa denominación no sea exacta. Lo que sí parece cierto es que por él pasaba el Cardo Maximo o principal arteria de la ciudad. Tiene 15 metros de altura y su base se encuentra bajo el pavimento.

De otro lado, la Basílica de Santa Eulalia puede considerarse sin temor a equivocarse como el lugar donde el cristianismo brotó en la región. Además, fue durante la Edad Media un lugar de peregrinación. Se levantó en el siglo IV sobre la tumba de la Mártir Santa Eulalia, en el espacio donde la niña fue martirizada hasta su muerte. El templo actual se construyó en el siglo XIII sobre la basílica original. Sin duda merece de una atención minuciosa por parte del viajero, ya que tiene muestras de arte paleocristiano, visigodo, bizantino y románico. Es la única construcción plenamente medieval de Mérida. En el exterior se encuentran el llamado ´hornito´ o capilla de la Mártir Santa Eulalia, construido sobre los restos de un templo al dios Marte. No menos interesante es la alcazaba árabe --la primera que se construyó en la península Ibérica-- que se encuentra junto al Guadiana y que fue construida por Abderramán II. En su interior tiene un aljibe horadado en la roca. A principios del siglo XVI se convirtió en conventual que fue reconstruido para convertirse en Presidencia de la Junta de Extremadura. Si va a Mérida no se vaya sin visitar el Museo de Arte Visigodo, en el convento de Santa Clara, junto al Arco de Trajano y la plaza de España.

MUSEO NACIONAL

Pero si un museo tiene importancia, tanto por su continente como por su contenido ése es el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida. El edificio es un gran trabajo arquitectónico de Rafael Moneo. Su interior, aglutina la mayor colección de piezas de época romana procedentes de los yacimientos arqueológicos de Emérita Augusta. Es, sin duda, un centro difusor de la cultura romana y en el se desarrollan exposiciones itinerantes, así como relevantes congresos y encuentros especializados. Cuenta con una cripta, planta baja (edificios de espectáculos públicos, religiones, ritos funerarios, la casa romana, el foro), la primera planta (cerámica romana, lucernas, columbarios y ritos funerarios, industria y artesanía del hueso, vidrio y numismática), la segunda planta (administración, territorio de la colonia, movimientos migratorios, profesiones, el retrato, arte y cultura, y la Mérida cristiana).

De otro lado, si el viajero quiere diversión puede disfrutar de unos carnavales romanos o una Semana Santa declarada de Interés Turístico. El Día de Extremadura reúne en el teatro romano a las principales autoridades en la entrega de las Medallas de la Región.

Además del Festival de Teatro Clásico de Mérida existen otras citas culturales como el Festival de Cine Gay y Lésbico de Extremadura o el Festival de Cine Inédito.

Junto con una potente infraestructura hotelera, hay que destacar que Mérida cuenta con una de las mejores ciudades deportivas de España, la Institución Ferial de Mérida, el Palacio de Congresos y Exposiciones, el Puente Lusitania sobre el Guadiana, obra de Santiago Calatrava, o el edificio Morerías, donde se ubican algunas de las consejerías de la comunidad autónoma.