La Denominación de Origen Protegida Dehesa de Extremadura y Caja Rural de Extremadura han entregado los galardones del XII Concurso de Jamones Ibéricos. En esta edición, la Espiga de Oro recayó en el jamón Monsalud de Montánchez, mientras que la Espiga de Plata y de Bronce fueron para El Arroyano (Herlusa) y la Cooperativa San Marcos de Calera de León, respectivamente.

Los galardones fueron entregados ayer durante una comida celebrada en la finca El Toril y contaron con la asistencia del consejero de Agricultura, Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Energía, José Antonio Echávarri y del presidente de Caja Rural de Extremadura, Mariano Señorón, entre otras personalidades del mundo de la agroindustria extremeña.

Por su parte, la vicepresidenta de la Denominación de Origen Dehesa de Extremadura, Elena Diéguez, destacó la calidad de los jamones presentados al concurso y el alto nivel de participación: "Estamos muy satisfechos ya que 32 piezas son las que han presentado este año para llevarse el máximo galardón", asegura.

Desde hace doce años, un grupo de expertos realiza una cata a ciegas de los jamones para elegir al mejor ibérico con denominación de origen y este año han decidido que el jamón Monsalud sea oficialmente el mejor del mundo.

PRODUCCION Los jamones y paletas amparados por la DOP 'Dehesa de Extremadura' se producen en las dehesas situadas en las provincias de Cáceres y Badajoz, un valioso ecosistema que se ha conservado en gran medida gracias al cerdo ibérico, que encuentra aquí el hábitat ideal para su desarrollo.

La labor primordial del Consejo Regulador es controlar la producción y elaboración de los jamones y paletas acogidos dentro la marca 'Dehesa de Extremadura' y garantizar al consumidor final que está adquiriendo un producto cuyas características son inconfundibles: forma exterior alargada y estilizada; color característico del rosa al rojo púrpura; sabor delicado, poco salado o dulce; aroma agradable y lleno de matices; textura poco fibrosa, y grasa brillante, aromática y de grato sabor. La media de terreno que necesita cada cerdo del Consejo Regulador para alimentarse a base de bellota y hierbas es de 8 hectáreas. Esta particularidad única, junto a una elaboración artesanal con poca sal, obliga a que los jamones tengan un periodo de curación de más de 3 años. Los jamones DOP Dehesa de Extremadura son considerados entre los mejores del mundo.