El flamenco extremeño tiene personalidad propia. Jaleos y tangos extremeños son los dos palos que son seña de identidad regional. ¿Qué particularidades tienen que los diferencian de los demás? Perico de la Paula, nombre artístico de Juan Pedro López Godoy, es guitarrista cacereño y autor del más importante libro sobre los cantes extremeños, que recibió en 2008 el galardón a mejor libro del año de los premios nacionales ´Flamenco hoy´. Importante trabajo tanto por su continente (una presentación en dos cajas espectacular) como por su contenido, la más completa compilación de jaleos y tangos extremeños.

"El tango es un cante acompasado, que al interpretarlo el cantaor tiene el deje propio del habla extremeña, más pronunciado en la zona de Badajoz, con finales alargados en la mayoría de los textos", indica Perico de la Paula.

El guitarrista asegura que los diferentes estilos de tango extremeño se suelen rematar con unos estribillos, que antiguamente se hacían a coro, aunque sólo se hagan así en las fiestas hoy en día. Se trata en definitiva de cantes gitanos festeros.

"Porrina de Badajoz dejó un sello personal en los fandangos que se caracteriza por una subida melismática hacia los tonos altos y cae rápidamente a los bajos. Yo a eso lo llamé en el libro el ´tirabuzón del Porra´, que está presente en la mayoría de los tangos extremeños", subraya Perico de la Paula. Recalca que todos los tangos extremeños tienen la personalidad propia que le imprimieron los cantaores de la región como Juan Cantero, El Indio, El Gitano, Ramón El Portugués y La Marelu, entre otros.

Los jaleos --según explica este experto-- tienen dos diferencias, muy marcadas. "Al igual que el tango extremeño tiene un final de sílaba muy marcado. Pero en los finales de tercio de cada estilo tiene una aparente retención del ritmo que Francisco Zambrano denominó ´cadencia parada´. La cadencia se manifiesta en los finales de los tercios. Existen cuatro cadencias: la de la plaza Alta, la de los Verdinos, la de Porrina de Badajoz y la de Remedios Amaya. El toque tiene una diferencia respecto a los andaluces, es antiguo, rítmico, en un compás de amalgama y asincopado. Tiene una mezcla de la bulería de Jerez antigua y el aire romanceado del toque de la bulería de Utrera y Lebrija. Las falsetas de los toques son antiguas y se deben al guitarrista emeritense Miguel Vargas, quien les dio forma basándose en toques antiguos que escuchaba. También es un cante gitano que se hacía, sobre todo, en las bodas, con una variante que es el Yeli", indica Perico de la Paula.

Pero hay mucho más. Este flamencólogo en 2007 descubrió dos nuevos fandangos estudiando los cantes personales de la región. Asegura que existen más estilos de los que se conocían hasta ahora y pone como ejemplo dos nuevos fandangos del cantaor Pepe Molinero.

APORTACION AL FANDANGOTambién reconoce las aportaciones de Porrina y Manolo Fregenal al fandango. Respecto a éste último asegura: "Lo que lo hizo personal fue que en algunos de sus tercios los versos no suelen octosílabos, sino tener doce o trece sílabas. También tiene otro fandango con final melismático en todos muy bajos. Finalmente tiene otro de transición entre Huelva y Extremadura, con aires del fandango de Santa Bárbara de Casas". Finalmente, Perico de la Paula analiza el fandango de Pérez de Guzmán, que lo aflamencó. "Cogió el fandango de El Mochuelo y Teresa España y le dio fuerza y ligazón en sus tercios. Hizo el fandango abandolao más duro que se conoce. Presenta aires de Huelva y está tocado con el ritmo de los cantes malagueños", concluye.