El año 2018, un año complicado para el campo extremeño, ya que tras un invierno seco; con unas expectativas muy negativas para todos los sectores productivos de la región hasta que a finales de febrero con la llegada de las lluvias el panorama de nuestro campo fue cambiando paulatinamente. Así como el ánimo de agricultores y ganaderos, hasta que avanzaba la primavera y se empezaban a sufrir problemas bien por el retraso en hacer las labores de siembra en los regadíos extremeños. Así como por el cuajado de los frutales, especialmente el ciruelo.

En las últimas semanas estas preocupaciones, se convirtieron en tragedia principalmente para aquellas producciones y agricultores y agricultoras que se vieron afectadas por las tormentas y el pedrisco en amplias zonas de Extremadura. No solo en los cultivos de regadío sino también en los de viñedo, oliva r y cereal en aquellas parcelas afectadas por tormentas de granizo.

Ante estas adversidades climatológicas son una herramienta imprescindible los seguros agrarios, por eso desde la COAG siempre estamos trabajando para la mejora, no solo en sus coberturas, sino también en su financiación; para que sean más accesibles y poder asegurar el máximo de nuestras superficies y producciones.

Año 2018. Puede ser un año decisivo para la agricultura extremeña, ya que según lo previsto no solo se está negociando la Reforma de la Política Agraria Comunitaria (PAC) sino también el presupuesto para el periodo 2021-2027. Ante estos retos que sin dudarlo son importantísimos para el campo extremeño y el medio rural. Desde COAG Coordinadora Agraria de Extremadura exigimos que en esta reforma el papel de la agricultura social y profesional deba ser el principal perceptor de los fondos de la Política Agraria PAC y del Desarrollo Rural. Pues de lo contrario en Extremadura pueden desaparecer muchas explotaciones de agricultores profesionales. Esto tendría un fuerte impacto en nuestros pueblos. Ya que en Extremadura una parte importantísima está basado en la agricultura y la ganadería.

Los presagios no son nada halagüeños, pues con la presentación de los presupuestos comunitarios para el periodo 2021-2027 en los que se recoge un recorte del 5% de la Política Agraria Comunitaria anunciado por la Comisión Europea, en la propuesta de perspectivas financieras para este periodo. Si tenemos en cuenta la inflación a lo largo de todo este periodo presupuestario estimado para la CE en el 2% anual. El recorte anunciado supondría una pérdida real del 16,6% de las ayudas que perciben agricultores y ganaderos.

Además COAG Coordinadora Agraria de Extremadura critica que en un contexto de recorte no se plantean medidas de priorización de las ayudas en favor de los verdaderos activos agrarios. Hombres y mujeres del campo que trabajan directamente en las explotaciones, generan empleo y fijan la población en el medio rural y no haya elementos novedosos de apoyo a la incorporación de jóvenes al sector agrario. Y no solo eso, teniendo en cuenta que el 80% de los ingresos de las explotaciones se genera vía precio en la comunicación de la reforma de la PAC, no se establecen medidas de regulación de los mercados, defensa de la preferencia comunitaria y protección de los parámetros de calidad y seguridad alimentaria, del modelo de producción europeo. Frente a importaciones. Al contrario se ahonda en mayor liberalización, con acuerdos de libre comercio con terceros países. Para facilitar la entrada de empresas mercantiles y fondos de inversión ajenos al sector que acaban desplazando a los verdaderos agricultores/as profesionales de nuestra región.