PLASENCIA es conocida como ´perla del Jerte´, puerta de entrada a las comarcas norcacereñas o ´muy noble, leal y benéfica´. También postulada como Patrimonio de la Humanidad e integrante de la Red de Ciudades Catedralicias, Plasencia hace realmente honor a la leyenda que figura en el escudo de la ciudad: "Para que agrade a Dios y a los hombres".

Fundada por Alfonso VIII en 1186 sus murallas delatan su concepción como fortaleza. Desde el siglo XV, Plasencia acogió a lo más selecto de la nobleza, circunstancia gracias a la cual la ciudad cuenta con un patrimonio arquitectónico y artístico muy relevante. A todo ello se une una riqueza gastronómica que hacen de Plasencia un lugar de parada y pernoctación obligado para el viajero en su periplo por Extremadura.

Una de las principales curiosidades de la ciudad es que cuenta con dos catedrales, la Vieja y la Nueva. La Vieja es de estilo románico fue ejecutada por Juan Francés, entre otros maestros. Destaca la fachada de los Pies, con su hornacina para la anunciación de la Virgen y un rosetón espectacular.

La catedral Nueva se comenzó a construir en el siglo XV y no acabó hasta el año 1760. Siguiendo el modelo de templo renacentista cuenta con tres naves de la misma altura. De sus pilares salen nervios que acaban en bóvedas estrelladas. El retablo mayor --culmen de esta expresión artística barroca en España-- junto con los grandes espacios son de gran impacto visual. La estructura es obra de Alonso de Balbás, las esculturas de Gregorio Fernández. Los lienzos, fueron pintados por Francisco Ricci en el siglo XVI, Luis Fernández y Mateo Gallardo.

Un órgano es uno de los elementos más impresionantes. Su caja fue construida en el siglo XVII con estilo barroco, aunque sus tallas sean renacentistas. La sillería del Coro de finales del XV es de Rodrigo Alemán en madera de nogal, con una gran iconografía de escenas de todo tipo.

La arquitectura religiosa en Plasencia tiene otras excelentes expresiones como el convento de las Carmelitas Descalzas, el convento de San Francisco, convento de San Ildefonso, convento de San Vicente Ferrer, convento de Santa Clara, ermita de San Lázaro o el santuario de Santa María del Puerto.

En arquitectura civil hay que destacar la puerta del Sol, la más grande de las que todavía se conservan y por la cual entraban a la ciudad las hortalizas. Hay otras puertas interesantes como la de Berrozanas, Coria, la de Trujillo o de Talavera.

Pero sobre todo en Plasencia destacan sus palacios nobiliarios, principalmente el del Marqués de Mirabel, renacentista y algunas zonas góticas. Está junto a la iglesia y convento de Santo Domingo y tiene un jardín colgante, decorado con columnas y esculturas romanas.

También el viajero deberá pasar ante el Palacio de Monroy, la casa señorial más antigua, construida por el Abad de Santander, Pérez de Monroy a principios del siglo XIV. El Palacio Episcopal --promovido en el siglo XV y que pasó diferentes momentos-- alberga actualmente las oficinas diocesanas, la Biblioteca del antiguo Colegio de los Jesuitas y el Archivo diocesano.

La Casa del Deán es otro de los grandes espacios nobiliarios placentinos vinculados a la familia Paniagua, que adquirió gran importancia tras el descumbrimiento de América. Muy conocido es el balcón de esquinero y el programa heráldico de familias emparentadas con la casa: Trejo, Sande, Aguilar, Toledo, de la Cerda, Ulloa. Ahora el edificio acoge los juzgados.

PLAZA MAYOR

La plaza Mayor, mentidero general de Plasencia bajo la mirada del abuelo Mayorga, autómata del reloj del ayuntamiento, es escenario del Martes Mayor. El primer martes de agosto acoge una gran exposición de los productos de la tierra, tamborileros y folclore de las comarcas que rodean Plasencia. Es una jornada de toros y de actuaciones de grandes artistas en la plaza.

El Festival Internacional de Música Folk llena este espacio de miles de seguidores que disfrutan de la música popular de distintos países en un gran encuentro anual.