Extremadura cada 8 de septiembre se convierte en un hervidero de afirmación regional, juntamente con la celebración de la onomástica de la Virgen de Guadalupe, patrona extremeña y Reina de la Hispanidad.

Un año más, a pesar de las dificultades económicas, la región celebra su ´día grande´, aunque no con la profusión de anteriores ediciones, al menos en gasto, puesto que costará sólo 59.000 euros, por la delicada situación de las arcas públicas. La Ley 4/1985, de 3 de junio, del Escudo, Himno y Día de Extremadura declara la jornada de hoy festiva en todo el territorio extremeño.

La evolución del Día de Extremadura a lo largo del tiempo ha sido importante y se ha desnudado de hojarasca reivindicativa para adoptar una forma más institucional y sencilla. El primer Día de Extremadura se celebró en 1985 y los actos principales tuvieron lugar en la localidad de Guadalupe, puesto que el Real Monasterio fue escenario fue escenario de la coronación como patrona canónica de Extremadura, una de las primeras manifestaciones de exaltación regionalista el 20 de marzo de 1907.

Precisamente Guadalupe y su monasterio, declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad representan el más importante vínculo de unión de la región con Iberoamérica. En Guadalupe los Reyes Católicos autorizaron el primer viaje de Cristóbal Colón. Muy destacable es la estima que Colón tenía a la Virgen de Guadalupe y su santuario. Dos de sus criados fueron bautizados en este ámbito según consta en los archivos del mismo.

EN TRUJILLO Trujillo es a partir de 1987 es lugar donde se concentraban las actividades del Día de Extremadura. Allí se alcanzaron en ocasiones unas 100.000 personas con objeto de participar en los actos culturales, folklóricos, deportivos y políticos. Era tradicional un discurso de afirmación regional que pronunciaba el presidente, por entonces Juan Carlos Rodríguez Ibarra. En 1993 dejan de celebrarse los actos multitudinarios en Trujillo, tras escucharse durante esta intervención voces discordantes con el discurso oficial.

Desde entonces se celebra el Día de Extremadura en todos y cada uno de los municipios extremeños, con especial atención a la capital autonómica, Mérida. Allí, tiene lugar un acto sencillo durante el cual se entregan las Medallas de Extremadura, la más alta distinción de la comunidad. Este año la austeridad ha querido ser la tónica dominante.

Cada 8 de septiembre los ciudadanos de esta tierra reclaman el reconocimiento de su condición de extremeños, una reivindicación que a lo largo de la historia nunca fue excluyente, sino concebida desde la concepción de la unidad que representa el Estado español, contemplado desde un prisma de tolerancia y solidaridad.

Además, el concepto de ´extremeñidad´ es mucho más y abarca a las comunidades de emigrantes extremeños. De la misma manera, es extremeño todo aquel que se sienta vinculado a esta tierra y la considere suya aunque no haya nacido en ella, ya que el concepto de extremeñidad tiene un contenido cultural muy importante.

Extremadura se convirtió en Comunidad Autónoma hace ya 27 años, cuando las Cortes Generales aprobaron su Estatuto de Autonomía un 25 de febrero de 1983, por medio del procedimiento del artículo 143 de la Constitución Española, es decir, por la vía lenta. En aquel momento el Estado español reconocía a los extremeños su identidad regional histórica. Desde aquel momento la comunidad asumió a través de instituciones propias el autogobierno, así como el desarrollo de su propia identidad.

Esta se forjó en un complicado entramado de realidades como su situación fronteriza, lejanía de las rutas comerciales, dedicación preferencial por designios reales a la ganadería extensiva.

Afortunadamente la realidad de la región es muy distinta a la de hace un cuarto de siglo. Portugal se perfila como un vecino con el que se mantienen lazos de cooperación comercial e Hispanoamérica como una tierra hermana donde se vuelca la solidaridad. Lo que es indudable que Extremadura se ha abierto al mundo de forma clara y mantiene relaciones estables con países de habla hispana. También es un punto estratégico en el triángulo de las comunicaciones entre Madrid, Lisboa y Sevilla.

La Raya es un motor de progreso y las relaciones con las regiones del Alentejo y la Zona Centro potencian la economía en las tres zonas. Extremadura se ha convertido en paso obligado como en el siglo XVI, cuando en tiempos de Felipe II fue el cruce de caminos entre las cortes de Madrid y Lisboa.

A mediados de agosto comenzó en Fregenal de la Sierra ExpoParticipación 2010, una acción de participación ciudadana de Marca Extremadura que recorrerá medio centenar de municipios extremeños. El objetivo de esta iniciativa es transmitir, por toda la geografía regional, la idea de equilibrio sostenible como modelo de desarrollo que Extremadura viene proponiendo desde hace años. Extremadura, con este tipo de acciones ha pasado de ser la gran desconocida a una marca asociada a la naturaleza, el desarrollo sostenible, productos de calidad y población acogedora y preparada para los retos del futuro.