Extremadura es tierra de festivales. A lo largo del año, pero especialmente en verano, la comunidad autónoma es escenario de festivales de teatro y música al aire libre que permiten, además de disfrutar de una programación de primer nivel, conocer el patrimonio regional. Entre los festivales, el más afamado y que tiene la trayectoria más amplia es el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, que este año celebra su 65 edición.

Además, se trata de una propuesta rentable, con cifras de vértigo. La 64 Edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, la séptima consecutiva que dirige y gestiona Jesús Cimarro al frente de la empresa Pentación Espectáculos, tuvo un superávit de 739.598,33€, un 42,23% más que en 2017. El éxito lo certifican también los 175.577 asistentes, un 4,2% más que en 2017, que han participado en alguna de las actividades del festival, así como los ingresos en taquilla, que han supuesto la cantidad de 2.215.132,11 euros, un 5,98% más que en 2017.

Durante los dos meses de duración del festival -del 29 de junio al 26 de agosto- se desarrollaron actividades y representaciones en cuatro espacios romanos -Mérida, Medellín, Regina y Cáparra, y en la extensión temporal de los Juegos Mediterráneos de Tarragona-, en el Museo Nacional de Arte Romano, el Museo Romano OIASSO de Irún, en distintos lugares al aire libre de la ciudad de Mérida o en la propia sede del festival.

La programación del espacio principal, el Teatro Romano de Mérida, tomó forma con títulos como Electra, del Ballet Nacional de España; Ben-Hur, de Nancho Novo con dirección de Yllana; Nerón, de Eduardo Galán, dirigida por Alberto Castrillo-Ferrer; Esquilo, nacimiento y muerte de la tragedia, de Rafael Álvarez, El Brujo; Filoctetes, de Sófocles versionado por Jordi Casanovas y dirigido por Antonio Simón; Fedra, de Pazo Bezerra con dirección de Luis Luque; Las Amazonas, de Magüi Mira; La Comedia del fantasma, de Plauto en versión de Miguel Murillo y dirigida por Félix Estaire; e Hipólito, de Eurípides, en versión de Isidro Timón y Emilio del Valle.

La otra gran cita con la escena durante el mes de agosto es el Festival Internacional de Teatro de Alcántara, que este año celebra su trigésimo quinta edición. El año pasado arrancó con la obra Mestiza, que estrenó el nuevo diseño del escenario principal del Conventual de San Benito, con una disposición similar a la de otros grandes festivales como el de Mérida, que permite a los espectadores una visión completa de la impresionante arcada de tres alturas. También en la última edición se incluyó un Cyrano interpretado por José Luis Gil.

El espectáculo recrea el encuentro entre Francisca Pizarro, hija del conquistador, y Tirso de Molina, en una obra de teatro que refleja el “carácter femenino y feminista” que la nueva dirección ha querido infundir al Festival. El director del Festival de Alcántra, Fernando de Luis-Orueta, ha explicado que se ha buscado “traer a Alcántara algunas de las tendencias claras que protagonizan la actual producción teatral”, y en el que “el protagonismo de las mujeres en las propuestas teatrales es innegable”. Durante el transcurso del festival se colgaron lonas con cuadros de Murillo por las calles de Alcántara.

También en verano, Hervás se convierte en epicentro de la actividad teatral con su representación de Los Conversos. Famosa por el excelente estado de conservación de su judería, durante unos días de julio los vecinos representan Los Conversos, una serie de actividades y representaciones que recrean el pasado de las distintas culturas que han dejado su huella en la localidad. Precisamente la Judería de Hervás, cumple este año su 25 aniversario como Conjunto de Interés Histórico-Artístico. En la programación destacan conciertos, concursos, artesanía (Mercado Artesanal), pasacalles desfiles, degustaciones o rutas senderistas, entre otras. El año pasado la obra representada con la colaboración de los vecinos fue Alma Negra. Los Conversos de Hervás se celebran de manera ininterrumpida desde el año 1997, con el objetivo de divulgar el periodo de convivencia de las comunidades judía y cristiana y su legado hasta nuestros días, a través del teatro, la música y la gastronomía.

También, dentro del espíritu de las representaciones populares y de las recreaciones históricas, se encuentra El Alcalde de Zalamea, que el año pasado cumplió 25 años de trayectoria. La obra El Alcalde de Zalamea, un clásico del teatro español escrito por Calderón de la Barca, se pone cada año en escena por más de 810 vecinos de la localidad pacense del mismo nombre en la plaza de la Constitución para aprovechar el Díptico Romano y la fachada de la iglesia. Este 2019 será el primer año en el que se celebrará esta actividad con el marchamo de Fiesta de Interés Turístico Nacional. Si en el 1580, aproximadamente, ocurrieron unos hechos que demostraban la identidad y el carácter de un pueblo, hoy, más de cuatro siglos después, el pueblo quiere rememorar ese carácter.

Otra gran cita con la recreación histórica es el Festival Templario de Jerez de los Caballeros, una Fiesta de Interés Turístico Regional que “proyecta la relevancia histórica y el encanto medieval de esta ciudad” con un gran programa de actividades. Destaca la implicación de colectivos, asociaciones y empresas del municipio. Las calles y plazas del casco histórico de Jerez de los Caballeros, Conjunto Histórico, Artístico y Monumental, lucen engalanadas para la ocasión con pendones, efigies de caballeros templarios y motivos medievales. Todo comienza con un desfile teatralizado desde la plaza de San Agustín, dirigido por la Asociación juvenil ‘La Trouppe’. No menos interesante es el Mercado de las Tres Culturas, que cuenta con la participación de artesanos, mercaderes o taberneros, entre otros, y el ‘Campamento medieval’, que ofrece talleres, exposiciones de todo tipo de armas de la época, demostraciones, charlas, espectáculos, cetrería, tiro con arco, exhibiciones de artesanos y animación con la participación de distintos personajes de la época.

La Batalla de La Albuera, la Boda Regia en Valencia de Alcántara o Almossassa en Badajoz son otras de las recreaciones históricas más importantes de Extremadura, que suponen una oportunidad para sus municipios para atraer visitantes a partir de la difusión de su patrimonio histórico.

Badasom es una de las citas musicales con más encanto de cuantas tienen lugar en Extremadura. El flamenco y el fado se unen en una experiencia que solo pueden proporcionar dos bienes Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. El auditorio Ricardo Carapeto reúne artistas del máximo nivel, tanto de flamenco como fadistas, que tienen lazos culturales entre España y Portugal.

También con un gran arraigo, especialmente entre los más jóvenes, se celebra Contempopránea, un festival con sede original en Alburquerque en el que cada edición una banda es homenajeada, el año pasado le tocó turno a ‘Lory Meyers’. Alburquerque se convierte en capital de la música indie en un marco selecto frente al castillo de Luna, destacando la cercanía existente entre el público y los artistas, la hospitalidad que brindan los vecinos y la forma en la que el festival se mimetiza con el patrimonio de la localidad es una característica esencial y que diferencia al Contempopránea de otros festivales.

Con un carácter mucho más abierto, cosmopolita y sobre todo ligado a las raíces hay que destacar el Festival Internacional de la Sierra de Fregenal, que el año pasado estrenó su declaración como Fiesta de Interés Turístico Nacional y que incluye exposiciones de diferentes manifestaciones culturales”. FESTISIERRA reúne a artistas de todo el mundo en torno a la danza, la música y otras parcelas de la cultura tradicional, y que llega a otras poblaciones del sur de Badajoz, Norte de Andalucía o Portugal. Cada noche el festival reúne a 2.000 espectadores.

En el norte de la región también hay una honda preocupación por las manifestaciones folclóricas, que tienen su máxima expresión en el Festival Folk de Plasencia. El año pasado celebró su vigésimo tercera edición que hizo un “viaje por el folk europeo” con los artistas António Zambujo, un “fenómeno del fado”; Kalàscima, el “referente” italiano de la World Music; y con los franceses Babylon Circus como “final de fiesta”. El festival realiza tres noches de conciertos “gratuitos” al aire libre, a finales agosto en la muralla medieval de la ciudad placentina, donde se dan cita varios grupos, entre ellos algunos extremeños.

En primavera, uno de los festivales más querido es el Womad, que se desarrolla en Cáceres en escenarios Patrimonio de la Humanidad, como la plaza Mayor, la plaza de Santamaría, plaza de San Jorge o de las Veletas. El Festival Womad celebrará su 28 edición del 9 al 12 de mayo de 2019, y ya ha confirmado los primeros artistas que se subirán a los escenarios de la capital cacereña y que llegarán de diversas partes del mundo. Rose (Trinidad y Tobago), Gaye Su Akyol (Turquía), La Dame Blance (Cuba), Maalem Hamid el Kasri (Marruecos), Maria Rodés (España) y Quenting Gas & Los Zíngaros (España) son los primeros artistas que se incorporan al cartel de este certamen que “trabaja para superar el éxito de la pasada e histórica convocatoria”, en la que más de 150.000 espectadores tomaron parte en las actividades programadas en los diferentes escenarios de la ciudad histórica como conciertos, talleres, proyecciones cinematográficas, recitales literarios, exposiciones, mercado global y comidas del mundo, entre otros.