hablar del sector audiovisual de Extremadura, es hablar de precariedad, incertidumbre y desesperación en la mayoría de los casos. Precariedad porque desde las instituciones se trata al audiovisual como un ‘sector estratégico’ del que sin embargo se desconocen todas las cifras: lo que factura, la gente a la que emplea, el volumen de negocio o los mercados en los que opera, el número de empresas que se dedican a ello, o algo tan básico como el número de piezas que se ruedan cada año (cortometrajes, películas, documentales, espots…). Los profesionales y las empresas tienen la sensación de que en los últimos diez años no se ha evolucionado nada, con la desaparición de muchas empresas, en algunos casos, tras soportar importantes problemas económicos y con una televisión autonómica, durante años, sustento de la actividad, que sólo pide “paciencia” a los profesionales, sumida en continuos cambios que se prolongan ya por muchos años; demasiados.

Incertidumbre, porque después de los últimos años, en los que el sector extremeño ha sufrido una de las mayores crisis de su corta historia, lo único que se nos pide desde las administraciones y la propia televisión regional es tiempo y paciencia. Tiempo para acometer no sabemos qué cambios, y paciencia por aquello de que, en esto como en cualquier otra actividad, “las cosas de palacio van despacio”.

Y por último la desesperación de profesionales y empresas que sufren la precariedad, en el caso de los primeros, obligados a buscar empleos para vivir fuera del sector, ante la falta de proyectos y en la segunda, a la desaparición de buen parte del tejido empresarial extremeño, en algunos casos con pérdidas muy dolorosas en lo económico y patrimonial y en otros simplemente, abocados al cese de la actividad tras muchos años nefastos por falta de oportunidades.

Canal Extremadura. No se puede hablar del sector audiovisual Extremeño sin hablar de Canal Extremadura. Ya en su fundación se hablaba de un elemento llamando a potenciar la actividad audiovisual extremeña, lo que en un principio hizo que muchas empresas extremeñas apostaran sólo por el Canal, como su principal vía de subsistencia. Gran error. En los últimos diez años, Canal Extremadura ha mantenido una trayectoria inestable, con constantes altibajos, inestabilidad financiera, cambios en la dirección y sobre todo, falta de proyecto, que han derivado en un sector poco valorado, que veía como los grandes programas caían en manos de productoras de fuera de la región y que sin un criterio claro y trasparente de compra de contenidos, cubría su programación con programas de todo género, sin considerar en la mayoría de los casos, la conveniencia o calidad de las piezas exhibidas. En los últimos tiempos, con la llegada de un extremeño como Urbano García a la dirección general, parecía que todo eso iba a cambiar, sabedores de que conoce las entrañas del medio, la profesión y la región, tres valores que consideramos imprescindibles para desempeñar el cargo, pero de momento sólo se ha pedido paciencia a las empresas. ¡Hasta cuando!

La ley del Audiovisual extremeño. Tiempo ha pasado desde que desde la Junta de Extremadura se nos citara a las empresas audiovisuales, a través de las asociaciones que las representan, en nuestro caso PROCINE, para pedir nuestra colaboración en la confección de lo que será la futura Ley del audiovisual extremeño.