La plaza Mayor de Trujillo vuelve a convertirse el próximo domingo día 31, en el lugar de encuentro de miles de extremeños que celebran la resurrección de Jesucristo en una de las más conocidas Fiestas de Interés Turístico Regional de Extremadura. Tras siete días de silencio y devoción durante la Semana Santa, a partir de las doce del mediodía, todo el mundo se lanza a cantar el 'Chíviri', una canción popular de estribillo repetitivo. Al son de ésta y otras melodías, los asistentes bailan, la mayoría con el típico pañuelo rojo anudado al cuello, o incluso vestidos con el traje de refajo, pololos y pañuelo de mil colores.

En la plaza Mayor no cabe un alma y se forman corros de personas que entonan versos de la tierra y comen productos típicos de Extremadura, en ellos el vino, eso sí siempre en bota. De hecho desde el año pasado está prohibido introducir vidrio en la plaza Mayor y solo se permite este artilugio tradicional para ingerir líquidos.

La manifestación folclórica comienza realmente la noche anterior, sábado 30 de marzo, cuando al filo de la medianoche la orquesta Atrio ponga la música en la verbena.

AL MEDIODIA No obstante, serán las doce campanadas que se dan al mediodía del domingo 31 desde la iglesia de San Martín las que desaten la locura. Todos cantan al unísono el famoso escribillo 'Ay chíviri, chíviri, chíviri, ay, chíviri, chíviri, chon'. La orquesta Turgalium hará bailar a todos hasta bien entrada la tarde. Sobre las siete comienza el trigésimo Festival Folclórico Chíviri con la participación del grupo 'El Encinar' de Navalmoral de la Mata. Los cálculos sitúan en torno a las 25.000 las personas que llenan durante el día la plaza Mayor trujillana. El año pasado las medidas 'antibotellón' impedían que el público accediera con vidrio a la plaza y propiciaron un Chíviri en total normalidad que se convierte cada año en la mejor plataforma publicitaria y turística de la 'muy noble y muy leal'.

SEMANA SANTA La Semana Santa de Trujillo --a la que el Chíviri pone el colofón-- fue declarada en 2012 Fiesta de Interés Turístico Regional, por su 'originalidad especial'. El reconocimiento se le otorga por "la originalidad de la celebración" y su excepcional "valor cultural".

Son fundamentales varios aspectos de la Semana Santa de Trujillo, como las tallas de madera del siglo XVII y XVIII y la celebración de dos procesiones magnas el Jueves y Viernes Santo. Destaca la antigüedad y periodicidad de la fiesta, de más de 500 años, y la capacidad para atraer visitantes de fuera de la provincia. Este es el primer año que la Semana Santa trujillana disfruta de este reconocimiento una de las grandes aspiraciones del actual consistorio con Alberto Casero al frente.

Además, Trujillo dispone de un gran casco histórico y una oferta gastronómica inigualable, así como infraestructuras hoteleras de primer orden capaces de satisfacer al viajero más exigente.