Chaqueta azul, corbata a juego, camisa blanca impoluta y mirada felina, penetrante y profunda, como el Africa que ha recorrido durante toda su vida. El protagonista de la exposición estrella de este año en la Feria de la Caza, Pesca y Naturaleza Ibérica, Tony Sánchez-

Ariño, es uno de los últimos representantes vivos de una forma de entender la cinegética en la que cazador y animal estaban en el mismo plano, en un tú a tú que desgraciadamente ya no es habitual.

En Ifeba hasta el domingo pueden verse naturalizadas algunas de sus piezas más emblemáticas, pertenecientes a la colección Antonio Biosca. La muestra no deja indiferente a los aficionados que estos días pasan por Feciex.

Tony Sánchez-Ariño afirma que el rifle 416 Rigby es la extensión de su brazo. "Claro, porque lo he usado durante sesenta años y no he tenido en la vida siquiera un arañazo", explica, quien recalca que jamás ni clientes, ni pisteros han sufrido con él ningún percance.

Con respeto a la exposición de Ifeba Tony Sánchez-Ariño se muestra muy orgulloso: "Me han hecho homenajes por todo el mundo. Nunca en mi vida ha sido tan agradable, tan bonito y tan grande como éste. Estoy realmente emocionado".

Trayectoria

Aunque empezó a estudiar medicina, Tony sintió pronto la llamada de la cinegética. Viajó a Africa en 1952 y allí en la Guinea Española cobró sus primeras piezas. Abatió después su primer elefante en la frontera con Camerún y comenzó una de las carreras cinegéticas más importantes de la historia. Desde entonces ha cazado elefantes en 23 países, siempre bajo la premisa del juego limpio y legal, lo que le valió el reconocimiento de otros cazadores profesionales. Su palmarés es impresionante: 1.303 elefantes, 2.083 búfalos, 339 leones, 127 rinocerontes negros, entre otras muchas otras especies.

"Cazar un animal es fácil, pero obtener un gran trofeo como éstos cuesta mucho. He sido toda mi vida cazador de elefantes y las cosas han cambiado mucho desde que empecé. En el Congo Belga, antes, el gobierno me pagaba para que eliminara elefantes por los destrozos que ocasionaban. Ahora son los furtivos los que los están arrasando y somos los cazadores los que los estamos protegiendo por todos los medios, pero me temo que es una batalla perdida", indica el veterano cazador.

Otro gran experto, Antonio Biosca aporta también grandes ejemplares a la exposición, como por ejemplo el Búfalo del Cabo, el más grande, peligroso y difícil, el Planicero y el Aequinoctial, así como el Búfalo de Dwarf. Biosca conoció a Tony en su Valencia natal en 1998 y le expuso sus metas cinegéticas, como hacerse con todas las especies de Traguelafinos, entre otras. Ambos han vivido aventuras y lances para escribir largos libros. Aunque lo mejor es la conclusión a la que ha llegado Tony: "El mejor trofeo del mundo no vale la piel de uno".