No cabe duda de que el sector alimentario es muy importante para la economía nacional y particularmente para la extremeña. En estos momentos de incertidumbre económica puede subrayarse que el sector primario ha ´aguantado´ la crisis mejor que otros y puede ser uno de los modelos productivos para el futuro. Los productos alimentarios extremeños han incrementado un 3% sus exportaciones en este último año, lo cual es un ´brote verde´ de lo más significativo. Para sobrevivir en los mercados la diferenciación por la calidad es un buen argumento. Extremadura cuenta con diez Denominaciones de Origen (DOP) y dos Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP). Pero la calidad se extiende a muchos más productos agroalimentarios extremeños que aunque no están amparados por DOP o IGP sí certifican sus procesos a través de normas de excelencia o ponen un especial esmero para lograr alimentos selectos que triunfan en los mercados internacionales. Las Denominaciones de Origen y las Indicaciones Geográficas Protegidas han firmado recientemente convenios de colaboración con el presidente de la Diputación Provincial de Cáceres, Juan Andrés Tovar, para continuar con la promoción de los productos, tanto en las ferias como en las actividades que realiza la institución. Estos convenios surgieron en 2005 y se siguen manteniendo porque todas las partes los califican de muy positivos. De este modo, la promoción se realizará en grandes ciudades como en Madrid, también se incentivará la información y difusión en los medios de comunicación, que servirán de vías para potenciar el producto y llegar al consumidor, así como aprovechar el soporte de Cáceres ciudad de Congresos han sido algunas de las propuestas sobre las que ha considerado conveniente profundizar. Recientemente el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ha manifestado su convencimiento de que la producción de alimentos extremeños, bajo marchamos de calidad y salubridad, es una "apuesta de futuro segura", que vendrá de la mano de la vuelta de la sociedad por el placer de sentarse a disfrutar de la mesa.