Ducati ha vuelto. Bueno, el problema es que nunca se fue, pero sus resultados dejaban mucho que desear. La firma de Borgo Panigale (Italia), que se harta de vender motos de calle en durísima competencia con las cuatro grandes marcas japonesas (Honda, Yamaha, Kawasaki y Suzuki), ha podido, por fin, derrotarlas en la pista con una auténtica exhibición de poderío, especialmente en cuanto a su motor, aceleración y velocidad punta (es la única que logra superar los 350 kms/h.), en el Gran Premio de Austriadonde, después de una década (2006-2016), ha logrado un doblete impresionante de la mano de ‘los Andrea’, Iannone y Dovizioso.

LA LLEGADA DE DALL'IGNA

Ducati experimentó un vuelco impresionante y todo el mundo empezó a considerarla como candidata a algo tras ser adquirida por la poderosa Audi. La llegada, en 2013, del ingeniero Gigi Dall’Igna, que había hecho ganar carreras a Aprilia en las categorías intermedias, fue la demostración de que empezaba a prepararse para el gran salto, que se empezó a gestar cuando el bicampeón australiano de MotoGP, Casey Stoner, se convirtió en el piloto probador.

No es extraño, pues, que tras acaparar los dos primeros puestos del podio en Spielberg, Dall’Igna y Stoner recibiesen tantos o más parabienes que el propio ‘The Maniac’ Iannone, que hace ya varios meses fue ‘despedido’ con vistas al 2017, para hacerle un hueco al tricampeón del mundo de Yamaha, el mallorquín Jorge Lorenzo, que es quien, en teoría, debe liderar el proyecto que ya está en marcha y que pretende convertir, de nuevo, a Ducati en campeona del mundo, como lo fue, en 2007, con Stoner.

DURA COMPETENCIA

“Habíamos demostrado ya el potencial de nuestra moto en muchas de las carreras de este año y la capacidad de nuestros pilotos, pero ganar un gran premio es un sabor distinto y, hasta que no lo consigues, la gente duda si serás capaz de lograrlo”, señala Dall’Igna, que no dudó en dejarse fotografiar besando el colin de sus dos Ducati ‘Desmosedisi’ en el ‘corralito’ de Spielberg. “Esta categoría es durísima y los rivales fortísimos. El fantástico doblete de Austria solo es un paso más hacia el gran objetivo, que no es otro que ser campeones del mundo de MotoGP”.

Dall’Igna, que llegó a reconocer que había pasado “miedo” en las últimas vueltas del GP de Austria temiendo que se repitiera el error cometido por Iannone en el GP de Argentina, cuando en la última vuelta derribó a Dovizioso cuando ambos podía copar el podio, afirma que “los grandes pilotos solo cometen grandes errores una vez”. El ingeniero, que elogió la tremenda disposición de toda la fábrica de Borgo Panigale para llegar a este punto de competitividad, afirma que “todos necesitábamos un tiempo para adaptarnos a los nuevos métodos de trabajo”. “Yo soy muy duro de cabeza, no sé si eso es una virtud o un defecto, escucho mucho a mis colaboradores, pero soy tremendamente exigente con todo el mundo”, concluye el ‘padre’ de la veloz ‘Desmosedisi’.

LA VICTORIA DEL GRUPO

“Es un triunfo del grupo”, explica Stoner, campeón con Ducati en 2007, presente en el box de Spielberg y el hombre que ha hecho crecer a Ducati en la pista con sus consejos. “Cuando vi que Iannone insistía en montar los neumáticos blandos para la carrera, cuando todos los demás llevaban los duros, dudé. Yo, desde luego, no lo hubiese hecho, pero, al final, Andrea tuvo razón y ganó con autoridad. Es un gran paso para todos, pero hay que confirmarlo en las próximas carreras”.

En efecto, lo que todo el mundo se pregunta en Brno, donde este fin de semana se celebra el Gran Premio de la República Checa, es si lo de Ducati en Austria fue flor de un día o la confirmación de que ya están listos para pelear, en todos los circuitos, por el podio. Es evidente que el millonario fichaje de Lorenzo para los dos próximos años (se habla de casi 13 millones de euros por temporada), demuestra que los responsables del equipo ‘rosso’ piensan que, para aspirar al cetro mundial, necesitaban un piloto campeón.

EL CRECIMIENTO DE IANNONE

Iannone, que nada más vencer el domingo cogió un jet privado y se fue a Ibiza a celebrar la victoria, está considerado un piloto velocísimo, tal vez demasiado fogoso, mientras que Dovizioso peca de todo lo contrario, como volvió a quedar demostrado el domingo en Spielberg. “En los últimos cuatro años, Iannone ha evolucionado mucho”, cuenta su ingeniero de pista, Marco Rigamonti. “Antes, Andrea era solo instinto, ahora es mucho más sensato, aunque sigue siendo ardiente”. “Esta es la victoria que le faltaba para ascender el último escalón de su progresión”, asegura su manager, el veterano Carlo Pernat, uno de los hombres que hizo crecer a Valentino Rossi.