Todo parece demasiado fácil en 125cc y, sin embargo, todo cuesta un mundo de conseguir. No ya solo las victorias; también el título. Lo que empezó siendo cosa de dos (Pol Espargaró y Marc Márquez) ha terminado siendo de tres, pues Nico Terol, el tercer hombre, el auténtico líder del Mundial, el único que, en las 13 carreras disputadas se ha subido 10 veces al podio, no piensa dejarse superar.

Los tres siguen metidos en un puño. Es evidente que sin la rotura del tubo de escape de la Derbi de Márquez en Jerez o la embestida de Randy Krummenacher, que arruinó su carrera en la primera curva, el título estaría ahora en manos de ese joven que, con 17 años, sigue arrollando.

Márquez, que suma nueve poles , siete victorias y 12 primeras filas en las 13 carreras que se han disputado, restó ayer cinco puntos a Terol y se alejó siete de Espargaró. "No había nada que hacer. Marc era de nuevo mucho más veloz", dijo resignado Terol.

La armada invencible logró ayer su 23º triunfo consecutivo en 125cc y colocó, por vez primera en la historia, a siete de sus pilotos entre los nueve primeros. "Sólo tuve que esperar 13 vueltas para que las ruedas se desgastasen y Nico no me pudiese seguir". Así se escapó Márquez y pudo lograr su deseo del día, que no era otro que dedicarle la victoria a un herido Dani Pedrosa: "Es mi ídolo, le admiro, ha tenido muy mala suerte, está lesionado y desde aquí quiero mandarle muchos ánimos".