Los que estuvieron (esta vez no dejaron entrar periodistas) en la celebración del octavo título mundial de Marc Márquez en la madrugada del domingo al lunes, en Bangkok, dijeron que no fue tan divertido, aunque sí apoteósico, como las fiestas que organiza la tribu del muchacho de Cervera (Lérida), por ejemplo, en su pueblo o, sin ir más lejos, en el karaoke de Narita, el aeropuerto de Tokyo, donde el Canibal, como le apodan en Italia, ha celebrado más de un título mundial, por ejemplo el del pasado año.

Tras esa fiesta, Márquez cogió un avión hacia Madrid, con escala en Dubai, y esta mañana se ha presentado en la sede del principal patrocinador de su equipo, el team Repsol Honda, para ofrecer una conferencia de prensa, en la que ha hablado de todo y en la que ha confirmado, en efecto, que ahora empezará a hablar con Honda para su renovación porque últimamente todo se adelanta y, aunque nos queda a todos un año más de contrato, el 2020, ahora ya toca sentarse a hablar, pero mi prioridad sigue siendo Honda.

MEJORAR COMO NADA Y MESSI

También ha comentado, cómo no, tal y como dijo en Buriram, Tailandia, al repetir título que, a partir de Motegi (Japón), la semana que viene, donde seguiré intentando ganar, pues también queremos llevarnos los títulos de constructores y escuderias, que siempre se puede mejorar aunque ahora parezca que lo ha hecho todo perfecto. Si tú ves jugar a Nadal o a Messi, ves que en cada partido hacen cosas nuevas y son cada vez más espectaculares por eso, al verlos, piensas que es imposible hacerlo mejor. Si ellos pueden, yo también he de poder, así que deberemos esforzarnos en el equipo, todos, por subir el nivel de este año.

Cuando un periodista de Marca le ha dicho que el italiano Giacomo Agostini, poseedor de 15 títulos mundiales y vencedor de 122 carreras (Márquez posee ya 8 cetros y 79 triunfos), dijo el otro día en su emisora que Márquez le puede igualar (Valentino Rossi, con 9 títulos y 115 victorias, también teme que le alcance), el octocampeón catalán ha comentado: Alcanzar a Agostini lo veo imposible, al menos en este momento. Sería como ganar el doble de lo que llevo, así que lo veo muy difícil, aunque con Ago nos llevamos muy bien". Y es que a Márquez no le gusta demasiado que le comparen a todas esas leyendas. No de momento. "Intento apartar la mirada y seguir mi camino. Yo también os leo lo que decís y escribís y escuchar mi nombre rodeado de leyendas me pone la piel de gallina, por eso intento pensar en esos detalles. Eso sí, el día de mañana, cuando me retire, espero estar muy orgulloso de mi trayectoria.

Tampoco, tampoco, le gusta ser un ejemplo de nada, por eso cuando le han preguntado al respecto, ha dicho: "Los años pasan y voy madurando un poco. El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, y seguro que hay errores que he vuelto a cometer, pero intento aprender. Este ha sido el año más sólido de mi carrera deportiva. El que muchos niños y niñas te tengan como referencia te da una responsabilidad extra. Lo intento llevar con naturalidad".

EL PILOTO MARCA LA DIFERENCIA

Reconoció que le gustaría experimentar nuevas sensaciones en el mundo del motor pero, una vez probado un F-1 de Red Bull, asegura que, aunque le tienta, no se plantea correr el Dakar. Me gusta la tierra y en mi círculo más cercano con amigos lo hemos hablado, pero sé que me haría daño, hay que ser realista y los que van ahí tienen mucha experiencia y velocidad, no es un circuito cerrado, hay que leer un 'roadbook'... me gusta probar, he probado un F1 y hacer algo de dunas, pero una cosa es probar y otra competir, algo que nunca haré en moto en el Dakar".

Ha elogiado al joven rookie francés Fabio Quartararo y reconoció que Valentino Rossi le felicitó en público. Al hablar de estos dos pilotos y, sobre todo, Márquez recordó que en el motociclismo el piloto es quien marca, de momento, la diferencia. Honda hace una moto que quiere ser la mejor de la parrilla y el piloto tiene que tener una capacidad de adaptación. Lo positivo de nuestra estructura es que los tres pilotos (él, Jorge Lorenzo y Cal Crutchlow) hacemos los mismos comentarios o las mismas directrices de cara a la evolución, y luego hay unos técnicos que hacen las cosas y tú como piloto te tienes que ir adaptando. Estamos en un deporte en el que el piloto marca la diferencia, pero hay un 30 % en el que la moto y el equipo son clave. Hay que estar preparados y trabajar junto".

Cuando le preguntaron si temía hacerse daño por tener ese pilotaje tan al límite, tan agresivo, tan plegado al asfalto, Márquez dijo que si tuviese miedo sería imposible correr, no solo él, sino todos los pilotos del Mundial. "Si temiera hacerme daño no me subiría a la moto. Sabes que estás expuesto a lesiones y caídas, incluso cuando menos te lo esperas, saliendo del box, pero si quieres ser campeón tienes que estar dispuesto a todo y si te tienes que caer 20 veces para encontrar el límite y usarlo luego en carrera, pues lo tienes que hacer. Me gustaría caerme menos, sí, e, incluso, este año lo he logrado (lleva 11 caídas, por 23 del pasado año), pero son cosas de nuestro deporte.

Y, sí, cómo no, Márquez también ha hablado de su próximo sueño e ilusión, que no es otro, otra, que ver como su hermano Àlex se convierte en bicampeón del mundo, añadiendo a su título de Moto3 (2014) el de Moto2 dentro de unas semanas. "Todo el mundo sabe que hubiese cambiado este título por el segundo de mi hermano, pero creo que Àlex puede ganarlo este año él solito. Álex tiene que saber gestionar la presión e intentar ganar el Mundial de Moto2. Se lo está ganando a pulso, ha de seguir sacando lo mejor de sí. No pienso añadirle más presión, pero sí le ayudaré en todo lo que necesite. Me hace tanta ilusión, o más, que a él. Parece que sea fácil ser 'hermano de..', pero yo pienso que es justo lo contrario. Claro que hubiera cambiado mi título por el suyo en Moto2, lo he dicho muchas veces".