Están tan enfermos por lo suyo, por su profesión, que la han convertido en su divertimento preferido. Da la sensación de que ni Marc Márquez, ni Maverick Viñales, ni los hermanos, Aleix y Pol Espargaró son capaces de descansar en invierno. No tienen paciencia para esperar a la última semana de enero cuando, en Sepang (Malasia), se reanudarán los entrenamientos de la próxima temporada, ya con las motos del 2017.

ENSEÑANDO A LOS JÓVENES

Y si Márquez, junto a su hermano Àlex, organizó, hace un par de semanas, una espectacular carrera de dirt-track en un oval construido con tierra en el interior del Palau Sant Jordi, al que acudieron casi 9.000 aficionados, que disfrutaron de lo lindo de la victoria del tricampeón de MotoGP frente a un fabuloso Toni Elias y el norteamericano Brad Baker, lo cierto es que sus rivales tampoco han descansado.

Durante el pasado fin de semana de Navidad, sí, sí, en plena Navidad, los hermanos Espargaró y Maverick Viñales, el flamante fichaje de Yamaha en sustitución de Jorge Lorenzo, han celebrado unas carreritas entre amigos "pero muy en serio", como reconoció Aleix, en las que ayudaron a los más jóvenes como Eric Tomas a aprender los trucos del derrapaje sobre tierra.