Yamaha ha dado, sin duda, un salto cualitativo y cuantitativo tremendo en este inicio del Mundial-2020 de MotoGP, similar, aunque con victorias y podios, al llamativo paso protagonizado por la fábrica austriaca KTM, que fue protagonista no solo del Gran Premio de España sino, también, del Gran Premio de Andalucía.

La firma de los diapasones repitió ayer, en Jerez, el pleno en el podio, que había protagonizado por última vez en el GP de Australia del 2014 con Valentino Rossi, Jorge Lorenzo y Bradley Smith. Ayer, en el trazado andaluz, mandaron Fabio Quartararo, Maverick Viñales y, de nuevo, Valentino Rossi. Cierto, por vez primera desde el 2013 (128 grandes premios), no corría Marc Márquez (Honda).

Pero ese dominio absoluto de Yamaha, de la mano, del Diablo, líder del Mundial de MotoGP tras sus dos primeros y consecutivos triunfos en la categoría reina, está teñido de preocupación, sobre todo de cara al campeonato que acaba de empezar y al que le restan aún, como pocas, 11 carreras. El próximo viernes se decidirá si el Mundial-2020 se prolonga, en noviembre y diciembre, con tres grandes premios más (Tailandia, Malasia y Argentina), lo que podría complicarle la vida a la fábrica de Iwata.

Una de las imágenes del GP de Andalucía, que, probablemente, pasó desapercibida para muchos aficionados, fue la charla secreta habida, nada más cruzar la meta Quartararo como vencedor, entre Lin Jarvis, jefe de Yamaha en los circuitos, y el malayo Razlan Razali, propietario del equipo Petronas Yamaha en el que milita el piloto francés. Jarvis le decía algo de Razali al oído y, sin duda, debía hacer referencia a las noticias que tenía de Iwata sobre los motores que se habían roto en los dos primeros fines de semana del Mundial.

Tres motores desechados

Por supuesto que estamos preocupados, claro que estamos inquietos! Hemos perdido tres motores en los dos primeros fines de semana de la temporada, reconoció Jarvis, después de que Yamaha negase la información aparecida en Motorsport.com en el sentido de que dos de sus propulsores habían sido enviados, tras la primera carrera de Jerez, a Japón para ser analizados y averiguar qué había ocurrido para que el Doctor tuviese que abandonar la primera carrera de Jerez y MVK escuchase un ruidito que no me gustó nada, por eso paré en boxe en el entrenamiento en uno de sus motores.

Por cuestión de costes, cada piloto ha pasado de tener siete motores a cinco para toda la temporada. Mientras todas las marcas han utilizado, de momento, dos, Yamaha los ha utilizado casi todos. Viñales ha utilizado los cinco y desechado uno, que se ha ido a Japón. Rossi ha utilizado cuatro y desechado otro, que también está siendo investigado en Iwata. Franco Morbidelli, hasta ayer, estaba tranquilo, pero su motor se rompió en carrera. ¿Qué si estoy inquieto?, yo piloto, yo no me cuido de los motores, para eso están los ingenieros, los mecánicos y la fábrica, señaló el italiano, que iba segundo cuando tuvo que abandonar.

Sanción por el sexto motor

Tanto Morbido como Quartararo, ambos pilotos del equipo satélite Petronas, han utilizado ya cuatro motores. De momento, el Diablo es el que ha tenido más suerte, pero si se rompen los de sus colegas de marca, fácil es imaginar que, un día u otro, le tocará a él. Nadie dice que este problema vaya a reducir las posibilidades de ser campeón del joven de Niza, de 21 años, y ya gran rival de Márquez esta temporada, pero es evidente que, recién iniciado el campeonato, el problema preocupa, y mucho, a Yamaha.

En caso de que alguno de los pilotos de Yamaha se vea obligado, con el paso de las carreras y el aumento de los problemas o falta de fiabilidad de sus propulsores, a estrenar un sexto o, incluso, séptimo motor, la penalización sería arrancar desde el pit lane en el gran premio que lo estrenase, lo que, sin duda, pondría muy difícil alcanzar el podio en esa prueba.