- Como actriz y como jurado de varios premios, conoce muy bien por dentro el mundo del cine y del teatro. ¿Cuáles son las principales piedras que se encuentran las mujeres en este camino?

- Las dificultades que tienen las mujeres en el cine y el teatro no se distancian mucho de las que tiene en general en cualquier ámbito de la vida. El movimiento #MeToo creó una solidaridad muy fuerte dentro del gremio y empezaron a aparecer chicas que habían sufrido abusos. Pero yo considero que en las demás profesiones también se sufre el acoso, el desprecio por ser mujer, las pocas oportunidades... Lo que ha ocurrido es que los casos del cine y el teatro han salido más a la luz, tanto los medios de comunicación como las redes sociales han puesto ahí el foco de atención.

- Y usted, ¿alguna vez ha tenido que superar una situación difícil por ser mujer?

- Yo sí viví un caso. Tuve una relación con una persona de las altas esferas del teatro, y cuando decidí dejar esa relación, sí que empecé a notar obstáculos para seguir dando pasos. Se me cerraron algunas puertas y yo sabía perfectamente de dónde venía aquello. No fue un acoso físico, pero sí psicológico. Esa persona intentaba intervenir en todos mis proyectos de trabajo para que no salieran adelante, intervenía igualmente en mis contactos para que yo quedara mal y que no volvieran a llamarme. Aún así, yo soy una persona que va hacia adelante, que sigue sacando cosas. Y lo que consigo, lo hago por mí misma, no me hace falta que nadie me eche un cable. Es cierto que no me ha vuelto a pasar nunca más, pero tienes que estar siempre en guardia.

- ¿Cuál es el trasfondo?

- El machismo y la prepotencia, que viene sobre todo del patriarcado. Supongo que cada día que una mujer da un paso hacia adelante y consigue un puesto de trabajo inusual para nosotras, es decir, que ocupa una labor que tradicionalmente ha pertenecido a los hombres, significa un gran avance.

- ¿En el caso del cine y el teatro qué ejemplos pondría?

- Están saliendo directoras de cine muy buenas así como directoras de castings. Y eso nos ayuda mucho porque nos dice que no tenemos que ser solo actrices a las órdenes siempre de los hombres. Es una manera de que se abran puertas y para que las cosas se puedan hacer de otra manera.

- Que haya una mayor presencia masculina en los puestos de poder, ¿es la gran dificultad?

- Efectivamente. En todo tipo de trabajo, por culpa de esa mayoría masculina que dirige, la mujer siempre está en el punto de mira, creo que partiendo de ahí, se cambiarían muchas cosas, a todos los niveles. Y quiero lanzar un mensaje: sé que siempre hay miedo a perder los puestos de trabajo, pero deberíamos ser valientes y hacer un #MeToo en todas las profesiones, para que se acabara la prepotencia del sexo masculino en el trabajo, porque es el principal obstáculo. Y esto no es un ataque a los hombres, sino la realidad que tenemos.