Afronta su segundo mandato como presidenta del Colegio de Enfermería de Cáceres, una labor que compagina con la vicepresidencia tercera del Consejo General de Enfermería de España. Raquel Rodríguez Llanos, 64 años, define su profesión como «la más cercana a la sociedad». «Porque se puede vivir sin curación pero no se puede vivir sin cuidados», argumenta.

- Usted dice que no tiene «una gran vocación» como enfermera. ¿Cómo lo explica después de tantos años?

- Lo defiendo en una tesis que elaboré con perspectiva de género. La mujer es la cuidadora de la familia, del entorno, de los padres. Ese rol, ese perfil, se convirtió en una profesión pionera como fue la nuestra. Los estudios se elevaron a categoría científica, de manera que la mujer se incorporó al ámbito laboral con su propio rol, ese que le venía impuesto por la sociedad. Pasaba lo mismo con Magisterio. Actualmente las Ciencias de la Salud están feminizadas y por eso yo no hablo de vocación, sino que los roles sociales permanecen. Aunque afortunadamente esos estereotipos ya están cambiando.

- ¿La profesión sigue estando copada por mujeres?

- En nuestro colegio de Cáceres el 90% son enfermeras. Los hombres también se están incorporando a esta profesión, pero siguen siendo minoritarios.

- ¿Se le da valor al trabajo de enfermería?

- Hay que poner el foco en nuestra profesión porque el cuidado se invisibiliza mucho; no se le da el valor social que tiene.

- ¿Por qué?

- Porque el cuidado tiene muy poco valor social. Porque el cuidado está en manos de las mujeres, ese rol que permanece. Pero es una labor muy sacrificada. La enfermería es un trabajo muy duro, pero si te identificas con él te da muchísimas satisfacciones.

- Al ser una profesión tan feminizada en ella están presenten muchos obstáculos que ha de sortear una mujer en su día a día por el simple hecho de serlo, ¿no?

- Las mujeres enfermeras están muy expuestas por el mero hecho de ser mujeres. Y se fomentan unos estereotipos que hacen que se infravalore esta profesión. Pero hay que pelear y mantener la dignidad.

- ¿En esos estereotipos está presente el sexismo?

- Tanto en el cine erótico como en la vida social se utiliza la imagen de la mujer enfermera de manera sexista: la minifalda, los elementos eróticos... convierten a la mujer en mero objeto. En el imaginario social, cuando se piensa en una enfermera, vienen a la cabeza todos esos roles eróticos. Pero si piensas en un enfermero, seguro que esas connotaciones sexistas no existen.