- Toda una vida volcada en el periodismo, en primera fila, donde ha experimentado casi de todo. Ahora es presidenta de la Asociación de Periodistas de Cáceres y una integrante más en la plataforma extremeña de periodistas feministas del 8 de marzo. ¿Cuál es su balance de la profesión y el papel de la mujer?

- La verdad es que en mis 30 años de carrera en El Periódico Extremadura, donde desarrollé casi toda mi trayectoria profesional, nunca sentí que me discriminaran por el hecho de ser mujer. Nunca sentí que me valoraran menos ni nada parecido. Trabajé muy bien, me hicieron jefa de sección... No puedo decir otra cosa. Pero eso no significa que no haya visto que a otras compañeras sí les pasó y que les sigue pasando. Y que no me ocurriera dentro de la redacción tampoco significa que yo no viviera situaciones de desigualdad cuando salía fuera.

- ¿A qué se refiere exactamente?

- En las ruedas de prensa, cuando hacías una pregunta y te contestaban con ese tono paternalista, con esa condescendencia, como si fueras tontita. Sobre todo si los que daban la rueda de prensa eran solo hombres. Parece que por ser mujer no nos vamos a enterar de las cosas o nos va a costar más trabajo. Es algo que molesta mucho porque a un chico eso no se le hace nunca.

- ¿Qué renuncias personales ha tenido que hacer para poder dedicarse a su profesión?

- Recuerdo que, cuando me iba a casar, le pregunté a mi director que si irme de viaje de novios iba a suponer que no pudiera renovar el contrato. Si me hubiera dicho que perdía mi trabajo, no me hubiera casado, lo tenía claro. Pero me contestó que su mujer también era periodista y que lo entendía. Precisamente me casé un 24 de enero, el día del patrón de los periodistas.

- Cuando se es mujer y muy joven, cuando se está empezando, aún se es más vulnerable, ¿no?

- Yo en mis inicios viví un episodio muy complicado. El jefe del medio de comunicación en el que estaba me dijo que me hacía el contrato si tenía algo con él. Yo reaccioné marchándome de esa empresa. Pero es cierto que no se lo conté a nadie, me lo quedé para mí y ya está porque temía que terminara siendo mi palabra contra la suya y salir perdiendo, que no me creyeran. Si me hubiera ocurrido en esta época quizás habría sido de otra manera.

- ¿Cree que se ha evolucionado en las últimas décadas?

- Hemos avanzado bastante en algunas cosas, pero ahora mismo entre lo que yo veo y lo que me cuentan, considero que en nuestra profesión la maternidad es muy complicada por la precariedad tan elevada que existe.