En todos los ámbitos de la sociedad extremeña hay mujeres que día a día hacen Extremadura, la del presente y la del futuro. Mujeres que jornada tras jornada permiten que la vida sea más fácil, más justa, más igualitaria.

Todas las extremeñas, las jóvenes, las universitarias, las que viven en los pueblos o las que habitan en las grandes ciudades, las mayores de 55 años que no encuentran trabajo porque no hay hueco para ellas en el mercado laboral, las que en su infancia y adolescencia padecieron penurias y que después han luchado para que sus hijas puedan tener una vida mejor.

Pero quiero dedicar estas letras, estas palabras, a aquellas mujeres que tienen algún hijo o alguna hija que sufre algún tipo de discapacidad. Porque su camino es más complejo y su batalla más intensa.

Quiero hablar de aquellas madres que luchan porque sus hijos y sus hijas se integren en una sociedad en la que todavía existe gente que se para y gira la cabeza cuando se cruza en la calle o en cualquier otro lugar con una persona que padece algún tipo de discapacidad.

De aquellas que buscan la plena inclusión de esos hijos a los que cuidan los 365 días del año, porque es una labor que no tiene ni una sola jornada de descanso. Es una tarea que absorbe casi las 24 horas y con numerosos obstáculos. Algunos muy difíciles.

De aquellas que luchan por una Extremadura más inclusiva, menos egoísta, aquellas que pelean día a día por una administración pública que destine los impuestos a la igualdad de oportunidades y a las personas con discapacidad, para que estas tengan los mismos derechos que cualquier ciudadano. Para que puedan formar realmente parte de una sociedad que no las deje apartadas.

Hoy hacen Extremadura las hijas y nietas de las mujeres que dedicaron todo su tiempo a «cuidar de otros». A ellas debemos hoy rendir homenaje porque fueron ellas las que cuidaron de ellos, de sus padres, de sus hijos. Y actualmente lo hacen de sus nietos. Porque su labor tampoco acaba nunca. Porque su implicación familiar es continua.

Ha costado muchas legislaturas (35 años) que las mujeres extremeñas accedan a la Cámara legislativa como representantes de los extremeños a través de sus propios partidos políticos.

Si los partidos políticos son definidos en nuestra Constitución Española como instrumento de participación política, las mujeres extremeñas hemos accedido a tener esa participación, estamos en la Asamblea regional haciendo y peleando por una política útil para la vida diaria de todos los extremeños y representando también a todas las extremeñas que, a diario, hacen Extremadura.