De nada le sirve a la canarinha saltar al Spartak Stadium de Moscú para medirse a Serbia sabiendo quién puede ser su adversario en el primer cruce a cara o cruz. Y uno de ellos puede ser Alemania con su alargada sombra del 1-7 en Brasil 2014. El llamado Mineirazo que consiguió degradar el Maracanazo a segunda mayor tragedia nacional.

La seleçao es rehén de su historia. Las cinco estrellas cosidas en su pecho sobre el escudo de la CBF, convertida ahora en uno de los símbolos de la corrupción en el mundo del fútbol, le impiden salir a especular y elegir a la carta el rival en los octavos de final. Ni la torcida, ni la prensa brasileña entenderían cualquier jugarreta que manchase su expediente y expusiese los temores del grupo.

EL FANTASMA ALEMÁN / El fantasma alemán asombra a diario el país do futebol desde hace cuatro años. El 7-1 (el marcador del ganador se sitúa siempre al frente en Brasil) ya se incorporó al lenguaje cotidiano como una expresión sinónimo de «desastre» o de «vergüenza». «No podemos pensar en esto ahora mismo, toda nuestra expectativa está en ganar a Serbia», señalaba ayer Tite, seleccionador brasileño. Calculadora en mano, a Brasil no le queda otra opción que ganar para evitar sorpresas. Su clasificación no está garantizada. La probable victoria suiza (o incluso con empate) ante una desahuciada Costa Rica, combinado con un tropiezo brasileño ante la rocosa Serbia lo dejaría fuera del Mundial.

«El equipo se está armonizando, crecimos en la segunda parte contra Costa Rica, pero aún necesitamos ajustarnos y tenemos margen de mejora», reconoce Tite. Lo cierto es que la seleçao aún no se ha encontrado a sí misma. Sigue viva, encomendada a los goles y al timón de Coutinho, ante un Neymar disperso y maniatado por su propia irascibilidad.

El defensa Joao Miranda asumirá la capitanía de la selección brasileña este miércoles, en el partido que enfrentará a la canarinha con el combinado de Serbia.

La habitual rotación de Tite en el puesto de capitán entrega el brazalete al jugador del Inter de Milán, que ayer se mostró «feliz» por asumir esa «responsabilidad». «Estoy contento por poder representar al grupo como capitán», dijo.

Miranda afirmó que todos los jugadores están «preparados» para combatir la presión, destacó la mejoría experimentada del primer al segundo partido en el Mundial y adelantó que buscarán «la victoria, sin miedo».

Es la búsqueda por los automatismos lo que llevará al técnico gaucho a repetir formación. Con Fagner de lateral derecho (Danilo aún sigue de baja), Paulinho, contestado por su inacción, de volante derecho, y el cuarteto ofensivo con Willian (la opción de Douglas Costa se esfumó por lesión), Coutinho, Neymar y un Gabriel Jesus, aún en blanco mientras sus compañeros de Premier, Harry Kane (5 goles) y Lukaku (4 goles) nadan en la abundancia.

SERBIOS Y PREPARADOS / A Serbia solo le vale la victoria. Los goles helvético-kosovares de Shaqiri y Xhaka dejaron al borde del precipicio al once de Mladen Krstajic. «Nada es imposible, Brasil tiene debilidades y las intentaremos explotar», señala el técnico.

El discurso de la épica impera en el vestuario. «Somos serbios, estamos 200% preparados, imaginamos un partido emocionante y creo que jugando bien, con dedicación y un poco de suerte podemos obrar el milagro», señala el mediapunta de la Lazio Milinkovic-Savic, uno de los futbolistas más determinantes del equipo, a quien los grandes siguen al detalle.