Tras sufrir para ganar a Egipto (0-1) con un gol agónico de José María Giménez, Uruguay intentará dar paso y medio a los octavos de final con una victoria ante Arabia Saudí en la que Luis Suárez, después de las críticas que recibió en su estreno, quiere redimirse.

El delantero del Barcelona falló hasta cuatro ocasiones claras, entre ellas dos mano a mano ante el portero Mohamed Elshenawy, y después el foco apuntó hacia su figura para resaltar que fue a la cruz de la victoria de Uruguay.

Suárez reconoció que no estuvo a la altura, pero no pudo evitar una catarata de críticas. Ahora tendrá la oportunidad de hacer callar a sus críticos ejerciendo de verdugo de Arabia Saudí, que en su estreno perdió 5-0 contra Rusia. Parece una víctima propicia para un jugador con hambre de venganza.

Mientras, en Arabia Saudí andan las aguas revueltas tras el varapalo recibido en el partido inaugural. No es tanto el resultado como las sensaciones que dejó el combinado de Juan Antonio Pizzi, que ya se ha ganado la vitola de peor equipo del Mundial, algo que ha irritado y mucho a la federación saudí.