Croacia ha hecho historia en Rusia clasificándose para su primera final mundialista. Y lo ha logrado a base de fútbol pero, sobre todo, de ambición y sacrificio. Ha empezado perdiendo las tres eliminatorias disputadas, ha jugado tres prórrogas y ha superado a todos sus rivales con una gran determinación física y mental. El ejemplo perfecto de ello es Ivan Rakitic que tras clasificarse para la final del Mundial confesó haber tenido fiebre el día anterior.

"Anoche tuve bastante fiebre, casi 39º. Estuve tendido en la cama sacando fuerzas para poder jugar y mereció la pena", explicó el jugador del Barcelona después de haber disputado 120 minutos de juego.

Más partidos que nadie

A Rakitic poco le importó su estado de salud, él quería jugar, ayudar a los suyos y ganar. Sabía que de hacerlo conseguiría un billete para la gran final y que aquello no tenía precio. Por eso, insistió a su seleccionador para que le alineara. Y así fue.

El centrocampista del Barcelona jugó todo el encuentro y completó su partido 70 de la temporada. Ya nadie le supera. De hecho, en la final del domingo el croata se convertirá en el futbolista que más envites ha disputado esta temporada, un total de 71 entre el Barça (55) y la selección (55). Porque pase lo que pase, Rakitic estará en el once titular ante Francia. "Jugaría la final sin una pierna si hace falta".

Habla el Rakitic pero bien podría ser cualquier otro futbolista croata. Porque el conjunto balcánico ha demostrado que a esfuerzo y constancia no les gana nadie. El domingo ante Les Bleus tienen la oportunidad de seguir haciendo historia, y aún les queda energía. "Todavía queda mucha fuerza. Es impresionante ver que los ingleses no podían más y nosotros sí. Eso da mucha moral. Es increíble estar en una final y esperemos poder ganar", declaró el jugador del Barcelona al término del encuentro.