Con un palmarés repleto de títulos y de éxitos, Fabio Capello debía ser el hombre que condujera a Inglaterra de nuevo a la gloria. Los inventores del fútbol se pusieron en las manos de un italiano para ganar, pero no ha funcionado. Capello también es humano y pierde. Pero justificar el fracaso cuando se juega mal no es fácil.

Después de quedarse fuera de la Eurocopa, Inglaterra acudió al Mundial con la máxima ilusión. El batacazo ha vuelto a ser mayúsculo. ¿Qué explicación le da un ganador como Capello a la derrota de ayer? "Nosotros cometimos muchos errores, pero el árbitro tuvo el fallo más grande. No comprendo cómo en estos tiempos, con tanta tecnología, todavía estamos hablando de esto".

Era evidente que el míster italiano se refugiaría en los colegiados. "Así es el fútbol", aportó luego en un derroche de argumentos. Sin duda, Inglaterra fue muy perjudicada, pero en el campo tampoco funcionó. Su fútbol volvió a defraudar. Bastan las palabras de Alan Shearer, excapitán de la selección: "He visto un equipo horrible, desesperado desde el inicio al final. No sé si fue porque no les gustaba el entrenador o el sistema, pero esto no puede seguir así". Más claro imposible.

Pese al desastre, Capello quiere seguir. Lógico. Renovó hasta el 2012 con un contrato blindado: su despido le costaría 14,5 millones de euros a la federación inglesa. "No pienso dimitir. De ninguna manera. Pero hablaré en Londres con el presidente de la federación para saber si confía en mí o no".

Mientras, Low estaba exultante. No lo ha tenido fácil, pero su apuesta por el fútbol atrevido está dando resultados. "Hicimos un partido perfecto. Golpeamos primero, controlamos bien, pasamos una fase crítica y luego decidimos al contragolpe. Sabía que Inglaterra se abriría y les matamos a la contra", resumió el técnico.