El mundo mira a España y España suspira por sus héroes. Miles de personas se volcaron en el recibimiento a los nuevos campeones del mundo, que pasearon la Copa antes una gran muchedumbre que desafió el fuerte calor y dio rienda suelta a la euforia al paso de los jugadores.

Un día después de la batalla de la final ante Holanda, Madrid rindió homenaje a una generación que ha elevado el fútbol a la categoría de arte y que recibió la calurosa felicitación de los Reyes, los Príncipes de Asturias y el presidente del Gobierno.

Saben que han hecho historia y que han conquistado el corazón de todos los aficionados. Esa copa que levantó Casillas el domingo compensa tanto sinsabor y muchos años de espera. Si el fútbol coronó por fin a España, la afición se rindió a La Roja en cuanto el Isaac Albéniz, el avión que les trajo a Madrid, tocó tierra al filo de las tres de la tarde. Nada más abrirse la puerta de la aeronave, aparecieron Casillas y Del Bosque. El capitán levantó la Copa al cielo de Madrid. Lo mismo hizo Del Bosque, remiso en un principio, pero al que Iker casi obligó.

Ya se sabe que el fútbol es de los jugadores, pero a veces este deporte suele esculpir técnicos como Vicente que hacen todo más fácil. Su naturalidad y humildad también ha calado entre unos futbolistas, acostumbrados a alimentar su ego a toda costa. Uno de los momentos más emotivos de la tarde fue la presencia de Alvaro, uno de los hijos de Del Bosque, con síndrome de Down. Lució la camiseta de España con el número 6 y el nombre de su padre y levantó la Copa tal como lo hizo Iker Casillas, besándola primero. Del Bosque no paraba de acariciarle.

Si los jugadores querían calor tras el frío de Suráfrica, lo encontraron de golpe nada más pisar Madrid, una de las ciudades que ayer estaban en alerta por las elevadas temperaturas y que registró cerca de 36 grados.

SEIS HORAS ANTES Algunos de ellos comenzaron a llegar a Príncipe Pío, el lugar donde se instaló el escenario para el fin de fiesta, seis horas antes de que lo hiciera el autobús descapotable de los campeones. Fue necesario regarles con agua para que aguantaran.

Tras un almuerzo en un hotel cercano al aeropuerto, la expedición se trasladó a al Palacio Real. Allí esperaban los Reyes, los Príncipes, sus hijas y la Infante Elena. Eran las 17.45 horas y las campanas de la catedral de La Almudena comenzaron a sonar. Vestido completamente de rojo, la Reina se reencontró con los compeones, los mismos con los vibró en el Soccer City de Johannesburgo. Mientras, el Rey dialogó y felicitó a todos los jugadores. Iniesta se llevó buena parte de los halagos por su excelente actuación en la final, aderazada con el gol que llevó a España al título mundialista.

El Rey recibió una camiseta firmada por todos los jugadores y con la estrella que acredita el título. "Estoy muy emocionado por un triunfo merecido que ha hecho vibrar a todos los españoles en un gran día. Gracias por aglutinar a todos los españoles. Sois un ejemplo de deportividad. También Del Bosque, que sé que no le gusta aparecer, pero que siempre tendrá mi reconocimiento", dijo don Juan Carlos.

La siguiente parada fue el Palacio de la Moncloa, a donde se llegó con una hora de retraso según el horario previsto. Allí, José Luis Rodríguez Zapatero, que estuvo acompañado por la mitad de su gabinete y sus asesores más cercanos, levantó la Copa e incluso botó con ella ante la masiva petición del público.

Quizá el presidente del Gobierno se arrepintió de no haber estado en la final del domingo en la cita deportiva más importante de este país. Ante unas 8.000 personas, ya que cada funcionario de Moncloa podía llevar a tres invitados, Del Bosque no tuvo más remedio que dirigir unas palabras desde un pequeño escenario decorado en rojo.

"No hay mejor lugar que este para dar las gracias. Este es el éxito de todos. Desde el club más humilde hasta el más grande", dijo el seleccionador. Luego fue el turno de Casillas: "Hemos traído esta copa porque la hemos merecido. Es para todos vosotros. Ahora, el nombre de España va a estar cuatro años en lo más alto", manifestó el capitán de España.

DE TODOS Zapatero habló de un triunfo histórico. "Esta Copa la han ganado ellos, pero es también de todos los españoles. La victoria es de los 23, pero detrás está la fuerza de todos. También es de tantos jugadores de anteriores generaciones que lo intentaron y que han ayudado a llegar hasta aquí", dijo Zapatero.

El presidente del Ejecutivo quiso detenerse en Iniesta. "Quiero hacer mención especial a quien se acordó de un amigo que está entre nosotros. No hay mejor referente para nuestra juventud, que con orgullo viste la roja y defiende la bandera que ellos defienden, por su calidad personal y su talento. Gracias por acordarte de Dani Jarque", añadió el presidente.

Iniesta contestó a tanto halago con sentido del humor. "Si lo sé, no marco el gol. Gracias por todo. Esta copita es de todos". El jugador del Barça le dio una camiseta firmada por todos y con una dedicatoria que decía: "Para José Luis, con el cariño y el afecto de todos los campeones del mundo. Tú eres uno más".

A los jugadores les esperaba el autobús descubierto, en el que se dieron un baño de masas inolvidable en una ciudad totalmente colapsada por el paso de los campeones por las arterias más importantes. "El poder de la roja conquista el mundo", se podía leer en los laterales del vehículo. La copa viajaba de mano en mano entre los jugadores, que saludaban a la gran multitud. "Xavi, Iniesta, España es una fiesta", gritaba una afición entregada a sus héroes, que ya no tenían que frotarse los ojos.