Gonzalo Higuaín sigue demostrando que es un tipo capaz de responder a todas las críticas. En el Madrid está acostumbrado a vivir con el sambenito del patito feo. Es el hombre que no quiere Florentino (el jefe prefiere a Benzema) pero acabó la Liga con 27 goles, uno más que Cristiano. En Argentina, tuvo un debut horroroso y muchos le criticaron. Querían a Diego Milito. Maradona siguió confiando en él y ayer logró un triple que le sitúa por ahora como pichichi del torneo.

Algo tendrá para que los técnicos acaben confiando en él. Su mejor cualidad es la constancia. Nunca desfallece. "Es un sueño marcar tres goles en un Mundial. Me siento en la cima", dijo ayer el delantero, que dedicó el éxito a su familia: "Para ellos será una de las camisetas. La otra me la guardo como recuerdo de este partido tan especial".

En las gradas del Soccer City estaba ayer Gabriel Batistuta, autor de dos triples en los mundiales de 1994 y 1998. Sufrió un robo en la habitación de su hotel en Sandton y presenció la gesta del Pipita . No fueron goles espectaculares. Higuaín estuvo en el sitio ideal en el momento justo.

"Ha sido un partido redondo. Estuvimos implacables". Fue el titular de Maradona, que se despidió mostrando una carta de Platini. "Dice que no me criticó. Le pido perdón a él. Pero no a Pelé".