Un partido lo ha cambiado todo. La tensión y las críticas a Leo Messi han dado paso a todo tipo de elogios. Mutación total. Cerrada la primera jornada en todos los grupos con el batacazo de España, el astro azulgrana ha supuesto una luz en la oscuridad de un Mundial muy pobre. "El misterio de Messi ha muerto", proclamó ayer Diego Maradona, más alegre que de costumbre. Si Leo es feliz, Argentina sonríe. Y Leo se siente liberado, aliviado después de sufrir mucho en el pasado. Hoy, ante Corea del Sur (13.30 horas, Canal + Liga), la albiceleste se juega el liderato del grupo en el Soccer City y Messi quiere dar un pasito más hacia el éxito.

La relación entre Maradona y Leo, que apuntaba a divorcio, ha cambiado en Suráfrica. Ambos se necesitan y Diego lo ha entendido. Ha conseguido que Messi se sienta a gusto y responda a sus detractores. "Algunos esperaban que hiciera un mal partido para matarme de nuevo. El debut fue un desahogo y una tranquilidad. Fue como sacarme un gran peso de encima", dijo el azulgrana en el diario argentino La Nación .

Sereno y maduro

Diego sonríe ahora cuando le hablan de Messi. "Le veo más sereno y seguro que nunca, con una capacidad y un liderazgo que no se le veía desde hacía mucho tiempo. Quizá en el Barça, pero allá tiene a Xavi, a Iniesta- Lionel está llegando a su plenitud".

La comparación con el Mundial de 1986 siempre está en la memoria. Repetir ese éxito depende de los pies de Messi. Lo saben los aficionados y el técnico. "Yo quiero ser campeón del mundo. Y tengo a Messi. Le dije que iba a ser su Mundial. Ojalá que Dios mire un poquito hacia la albiceleste, y después lo resolveremos nosotros en el campo", insistió Diego. De momento, según el míster, nadie ha jugado "ni al 40%" de lo que fue Messi en el estreno.

Despachado el tema de Messi y confirmada la ausencia de Verón --jugará Maxi-- como único cambio, irrumpió el verdadero Diego. Su gesto ilusionado se torció cuando escuchó dos nombres: Pelé y Platini, otros dos míticos exjugadores que nunca han congeniado bien con El Pelusa . Y viceversa. "A Pelé le digo que vuelva al museo. De Platini no me sorprende nada porque siempre tuve una relación distante con él. Es francés y se cree más que todo el mundo. Nunca le di bola ni le pienso dar", concluyó.