En los últimos días una imagen se repite con frecuencia en la televisión hondureña. Es un recuerdo especial para ellos y nefasto para España, que inauguró su Mundial de 1982 con un empate ante una selección tan inferior y desconocida como ahora. Ese resultado fue visto como una ofensa que muchos jugadores que desde entonces no han olvidado. Los centroamericanos, en cambio, lo recuerdan con orgullo. Era su primer partido en su primer y único Mundial. En el segundo volverán a medirse con el mismo rival, una España acuciada que no puede permitirse otro tropiezo.

Han pasado 28 años desde aquel partido en el Luis Casanova, pero el recuerdo sigue ahí. Es el único precedente entre ambas selecciones. Aquel 16 de junio los hondureños se adelantaron con un gol de Héctor Zelaya, apodado Pecho de Aguila , un defensa que acudió al remate como un poseso. Roberto López Ufarte evitó la debacle al transformar un dudoso penalti en la segunda parte, pero los españoles nunca olvidarán ese lamentable estreno en el Mundial del Naranjito. Honduras acabó última del grupo y fue eliminada, mientras que España cayó en la segunda fase, superada por Inglaterra y Alemania Federal.

Batalla asegurada

El goleador hondureño, que jugó en el Deportivo, confía en plantar cara a España, donde reside su hija Iving. "Es lindo que todavía me recuerden por ese gol. Volveremos a ser un digno rival porque tenemos mucha motivación. Los españoles tienen un equipo poderoso, que puede ganar todo, pero no nos entregaremos. Daremos batalla", dice el exjugador, que se enfrentó a un equipo con nombres como Arconada, Camacho, Alexanco, Gordillo y Zamora. "Estábamos agarrotados, los veía pasar y no podía con ellos", explica Gordillo. "Hay que tener cuidado, entonces también parecía fácil. Creo que no teníamos suficiente conocimiento de ellos. Jugaron bien y merecieron el empate", rememora el portero Arconada.

Dos años después, España se proclamó subcampeona de Europa. Ahora es la reina del continente, pero eso sirve de poco en un Mundial. Suiza ya dio el primer disgusto y los hondureños, en teoría el rival más fácil del grupo, no se relajarán. "Lo que se hizo en 1982 es un buen referente, pero es historia. Nosotros vamos a ir a lo nuestro", dice el delantero Carlos Pavón, de 36 años, el jugador más veterano de los catrachos.

Honduras es la única selección americana que ha perdido un partido en el Mundial. El seleccionador, el colombiano Reinaldo Rueda, conoce el precedente de 1982, pero prefiere centrarse en el presente. "Nos espera una España más exigente que nunca por la presión de perder el primer partido. Tendremos que hacer un juego inteligente y agresivo", comenta el preparador. Menos convencido se muestra el exinternacional Nicolás Suazo, hermano de David, el delantero del Inter que ha jugado cedido en el Génova: "No ganaríamos a España ni con 22 jugadores en el campo".