Hace ya ocho años. Domingo Cordero, Cándido Díaz y Ricardo Yanguas, unidos por su afición común a los ultraligeros, crearon la Asociación Deportiva Aeroclub Campo Arañuelo.

Juntos adquirieron el terreno conocido como El Polvorín y construyeron el hangar que hoy alberga nueve aparatos de distintos modelos, autogiros, pendulares y del tipo avioneta. Estos ultraligeros deben cumplir una serie de requisitos legales en cuanto a sus características y peso.

Están construidos con tubos de aluminio y telas especiales, y aunque parezca increíble por su frágil apariencia, ofrecen una mayor seguridad que los aviones que normalmente tomamos en cualquier aeropuerto.

Domingo Cordero lleva 24 años volando en autogiro. Su carnet de piloto privado, un enorme interés por todo lo relacionado con estos temas y su amplia experiencia hacen de él uno de los mejores profesionales del país. Este jaraiceño de nacimiento siempre encuentra un hueco para dedicarse a su afición, que le ha llevado incluso a construir sus aparatos, basándose en libros, apuntes y planos de su inventor, Juan de la Cierva.

Cándido es propietario de un pendular y su pasión por el vuelo se remonta a veinte años atrás. La experiencia de Ricardo es más breve, pero su ilusión y esfuerzo por sacar adelante el aeroclub son grandes. Los tres definen el vuelo en ultraligero como "una experiencia única, ya que sientes realmente lo qué es volar y los paisajes son increíbles desde allá arriba, te cambia la perspectiva de las cosas", aseguran.

Todos los años, en las fiestas de San Miguel, se realizan exhibiciones en las que también participan los aficionados al aeromodelismo o parapente. Numeroso público se acerca hasta la pista para contemplar con admiración a estos hombres pájaro .

Próximamente, un amplio grupo de franceses realizará la llamada Ruta de las tapas , haciendo parada en Navalmoral. Muchos vienen volando desde París. Esta curiosa concentración demuestra que para los verdaderos aficionados no existen las distancias."Tampoco existe edad límite", aclara Domingo para señalar que un señor de 90 años viene de Madrid a volar.