Satisfacción. Este es el sentir mayoritario ante el anuncio realizado esta misma semana por el ayuntamiento moralo del arreglo de la calle Agustín Carreño, toda vez que las obras de construcción de 120 viviendas en la zona está casi concluida y que se han prolongado por espacio de dos años.

Esta prolongación en el tiempo del mal estado de la vía --con enormes baches y mucho barro así como restos de obra-- fue motivo de polémica a principios de año, cuando los vecinos decidieron mostrar su malestar ante este extremo tanto al ayuntamiento como al resto de los vecinos.

En esas mismas fechas, la asociación vecinal solicitó tanto a la constructora como al consistorio moralo que se ampliaran el número de aparcamientos proyectados (alrededor de 50), habida cuenta del incremento de vecinos superior al 30% que sufriría el barrio una vez se ocupen las nuevas viviendas.

Los afectados instaron al equipo de gobierno a que acometiera el arreglo del acerado, la sustitución de los árboles existentes por otros cuyas raíces no rompan el pavimento, la instalación de un sistema de riego o la creación de un área donde ubicar los contenedores de basura y reciclados.

VECINOS ESCEPTICOS "Parece que por lo menos vamos a tener aceras nuevas y se acabará toda esta suciedad y polvo" explicó María González, vecina del barrio, que, al igual que varios de sus vecinos, vio con cierta suspicacia estas actuaciones a la vez que se quejó de los "ríos de barro" que recorrían la calle cada vez que llovía: "No sé como han permitido que la entrada a nuestras casas esté así".