Por tan sólo una, merece la pena". Así encabeza Estrella, una mujer maltratada, una carta remitida a este periódico en la que relata su dramática experiencia personal y cómo le sirvió de ayuda la línea 900 que atendían las voluntarias de la Asociación Mujeres que Ayudan hasta hace unos días.

Al comunicado hecho público por el colectivo, en el que solicitaban al ayuntamiento el restablecimiento de la línea 900 que la asociación tenía para atender a mujeres maltratadas, se han sumado las manifestaciones de afectadas que piden que este servicio se siga dando en la zona, según ha señalado la presidenta, Chelo Luque, a EL PERIODICO.

Una de estas víctimas, a pesar de su condición de amenazada, ha querido contar cómo le ayudó este servicio y contestar a las declaraciones de la concejal de la Mujer, Belén Vázquez, cuando afirmaba "es un servicio que creo que no ha funcionado nunca". Así, Estrella cuenta: "Llamé desde una cabina pidiendo socorro y encontre una voz que me escuchó y tranquilizó mis nervios". Después, sigue relatando como otra voluntaria la recogió y otra la acompañó a poner la denuncia, concluyendo que "hoy gracias a esta línea y a todas ellas --las voluntarias--, tengo mi vida restablecida, vivo y trabajo en Navalmoral". Este servicio comenzó a funcionar en el 2003 y, según se apunta desde la asociación, el número de personas que solicitaban algún tipo de ayuda o consulta es de aproximadamente "dos llamadas diarias". El teléfono estaba operativo las 24 horas del día y era atendido por el Equipo Cecilia, de Mujeres que Ayudan, integrado por 14 voluntarias.