La disminución en la ancestral práctica de las matanzas domiciliarias se debe a muchos factores como el cambio en los hábitos alimentarios de la sociedad actual. Cada vez son más las personas que evitan incluir grasas y embutidos en su dieta habitual y optan por comidas con menos contenido en calorías.

Además este cambio en la alimentación, sumado a que cada vez hay más industrias cárnicas, ha propiciado que no sea necesario realizar una matanza para disponer de alimentos durante el resto del año. No hay que olvidar que las nuevas viviendas no contemplan dependencias destinadas al secado de los alimentos.