Vuelta al paraguas, a los polos de manga larga y a las chaquetas. Los chaparrones de esta semana ha pillado por sorpresa a muchos moralos que han tenido que recurrir a prendas y utensilios guardados en el fondo del armario. No es un agosto habitual. La semana ha venido acompañada por la lluvia y un ligero descenso de las temperaturas que, aunque no sorprendió porque la inestabilidad del clima en los días previos ya lo anunciaba, sí decepcionó a numerosos moralos.

"Estos cambios climáticos bruscos, además de enturbiar las vacaciones de algunos, afectan también al ánimo de las personas y al desarrollo de los cultivos", explicó a este diario Domingo Quijada, responsable del Instituto Nacional de Meteorología en Navalmoral.

Datos recogidos

Quijada asegura que "lo que está ocurriendo es fruto de las anomalías que se suceden a lo largo del año", y no considera que haya motivo alguno de alarma. Según explicó, la media de temperaturas registradas durante agosto ha sido de 26,9 grados, "sólo un poco más baja de lo habitual en estas fechas", subrayó.

Por el contrario, las precipitaciones sí son mucho más elevadas de lo normal. El pasado día 16 se recogieron en la localidad 30 litros por metro cuadrado, cuando la media oscila entre 6 y 7 litros por metro cuadrado. Asimismo, la presión atmosférica es también anómala para esta época del año: tan sólo 1.010 milibares.

Sin embargo, esta situación no es nueva y se ha registrado en años anteriores. Por lo que a precipitaciones se refiere, en los años 80, 83, 87, 92 y 99 se observaron niveles parecidos en Navalmoral de la Mata, y la temperatura más baja se midió en el 86 con 22,9 grados.