Tras cinco días de fiesta grande en Navalmoral, el Carnaval se despidió con la quema de la sardina hasta el próximo año.

En una intensa y soleada jornada, un amplio séquito acompañó a la sardina desde primeras horas de la mañana hasta su quema en la plaza de Rafael Medina, ya entrada la tarde. La comitiva formada por autoridades municipales, vecinos y las conocidas lloronas --que este año superó el medio centenar-- partió de la plaza de España hasta el hogar del pensionista. A la una del mediodía llegó al barrio del Cerro, donde se degustaron sardinas, chorizo y panceta.

La siguiente parada fue el barrio de Jumisa, pasando por Caperjar y el barrio del Molinillo, para concluir el recorrido en la plaza de Rafael Medina.

VANDALISMO Aunque aún no se ha hecho oficial el parte de incidencias de la policía local, el alcalde de Navalmoral, Rafael Mateos, antes de dar finalizadas las fiestas se refirió a la última noche de Carnaval en la que se han registrado un importante número de actos vandálicos. El mandatario lamentó que la fiesta esté acompañada por este tipo de comportamientos. Al parecer, en la mañana de ayer se encontraron señales de tráfico y bancos arrancados en el municipio.