Aprovechando la celebración de las fiestas en honor a Nuestra Señora del Berrocal, los alumnos de la Universidad Popular de Belvís de Monroy expusieron sus trabajos ayer en el convento de San Francisco, junto a la ermita de la virgen. El centro ha llevado a cabo diversos monográficos con el objetivo de promocionar Belvís y fomentar el conocimiento de su historia. Estos cursos han versado sobre informática, ortofruticultura, turismo, cabezudos, costura y cocina tradicional, y en los que han participado más de cien personas.

PASAJE HISTORICO

La muestra consistió en la representación de un pasaje histórico de Belvís, concretamente la inauguración del convento de San Francisco en el año 1509, que fue posible gracias a las aportaciones de los señores de la villa --siempre respetando el estilo de vida de pobreza y austeridad en la que vivían los monjes Franciscanos--. Así, estuvieron representados Alonso de Monroy el Clavero , una de las figuras más representativas de la época medieval, Hernán de Monroy el Bezudo , Hernán de Monroy el Gigante , María la Brava e Isabel de Almaraz, acompañados de los 12 frailes que en 1523 partieron hacia el nuevo mundo para evangelizarlo. Todas las figuras estaban elaboradas a partir de papel de periódico, cola, pintura y estopa para la cabeza y telas de diverso corte para la indumentaria. Sonia García, monitora del curso de Orientador Turístico, señaló que todas las figuras estaban carazterizadas según las describen los distintos escritos de la época que aún se conservan.

En la sala también se encontraban diversos platos de cocina tradicional, como pestiños, roscas pobres o ensalada de hojas de cactus, entre otros. En el claustro del convento se instaló una exposición fotográfica en la que estaban representados distintos momentos de los talleres de la universidad popular.

La curiosidad y la originalidad de la muestra, unida al las altas temperaturas reinantes en el exterior del convento, invitaban a los visitantes a pasear tranquilamente por la exposición. De hecho, sus responsables calculaban que al cabo de la jornada habían pasado por ella más de un millar de visitantes.