La reina juvenil del Carnaval de Navalmoral, Cristina Casares, lucirá un traje que lleva más de mil plumas de pavo real, avestruz y gallo y que pesa más de 200 kilos, según explicó uno de sus creadores, Miguel Lirón.

"El vestido está inspirado en el fuego, en la lumbre, y de ahí el nombre de Candela", explicó Lirón, que destacó sus "cuernos demoníacos que no llegan a ser terroríficos". Este atuendo se confeccionó en 15 días "a unas carreras de vértigo". Además del plumaje, consta de 1.200 piezas de acetato y tiene las mismas medidas de base, altura y anchura, que son los 3,5 metros que establecen las normas.

Víctor López, otro de los ingeniosos creadores, asegura que el boceto fue realizado en noviembre, pero la elaboración se retrasó hasta fin de año porque la persona encargada de hacer el armazón reside fuera de Navalmoral y regresó en Navidad. El resultado es una colorida composición final integrada por acetato, plumas y lentejuelas. El coste final es incalculable, aunque Víctor López se mostró convencido de que el vestido superará con creces los 1.800 euros de ayuda que establece el ayuntamiento a modo de subvención.

El traje Candela también es obra de Jennifer Aldana, que trabaja en el mismo establecimiento que Lirón y López. Para Víctor es su primer vestido, pero Miguel ya ha elaborado varios que han resultado premiados. Después de tres años de ausencia decidió volver a la confección y ha hallado un nuevo galardón.

"Los diseñadores estamos contados, no salen más y es una pena traerlos de fuera", razona.