Hasta ahora la decisión del Ayuntamiento de Navalmoral de trasladar la práctica del botellón al recinto ferial había sido motivo de disputa entre los vecinos que residen en esta zona, quienes exigían su derecho al descanso, y el ayuntamiento moralo, que veía esta ubicación "como la menos mala" para esta práctica.

Numerosas han sido las denuncias en estos diez meses, ya que los vecinos afirmaban tener que sufrir situaciones como, por ejemplo, que los jóvenes hicieran sus necesidades en las fachadas. Así, con la decisión del equipo de gobierno de prohibir el botellón termina una práctica que es motivo de malestar entre la población.