Fue en 2017 cuando la marca de bombones Ferrero Rocher premió a Guadalupe como el pueblo más bueno y bello de España. La recompensa consistía en una iluminación especial para Navidad: 50.000 bombillas, 2.100 metros de cortina de guirnalda y un árbol de 8 metros de altura cubierto por 960 metros de luz. Este año, coincidiendo con el 30 aniversario de la firma de chocolates, se ha llevado a una gran final a los cinco ganadores de las últimas ediciones. Han estado compitiendo desde finales de octubre hasta ahora por albergar dos grandes eventos: la fiesta de la luz el 20 de diciembre que retransmitirá al día siguiente el programa Sálvame Deluxe, de Telecinco, y las campanadas de Nochevieja presentadas por Jesús Vázquez y Paz Padilla en esta misma cadena.

Los pueblos que competían, incluyendo al municipio cacereño, eran Valderrobres, Morella, Rubielos de Mora y Puebla de Sanabria. Tras semanas de votaciones a través de internet, las dos finalistas: Guadalupe y la zamorana Puebla de Sanabria, se disputan desde el pasado 9 de diciembre el galardón, que se dará a conocer este lunes en el programa Got Talent en horario de prime time.

El alcalde, Felipe Sánchez Barba, muestra su optimismo. «Al final esto son votos y la balanza se puede decantar por uno u otro. Nosotros hemos trabajado intensamente, todos los vecinos nos hemos implicado, si cabe mucho más que en 2017. Hemos realizado muchas acciones y en Guadalupe estamos trabajando y sudando la camiseta hasta el último minuto», explica el responsable municipal en un estand instalado en las escaleras que dan acceso al Real Monasterio de La Puebla. «Estamos pidiendo votos a toda la gente, y lo haremos hasta el final. Hasta que no den el resultado, tenemos la esperanza». La votación acabó ayer a las 23.59 horas y solo queda esperar.

Guadalupe presenta un ambiente navideño, familiar y lleno de magia. La plaza de Santa María está llena de turistas que contemplan con gran asombro una de las joyas de la corona extremeña, no solo iluminada por Ferrero Rocher sino también con luces adquiridas por el ayuntamiento en los dos últimos años.

«Sería un bombazo, menuda publicidad para Guadalupe y para toda Extremadura. Siempre hemos tenido claro que es un concurso en el que estaba implicada toda la comunidad autónoma. Ha habido apoyo por parte de todos los extremeños y de lo que se conoce como tercera región, todos esos que están en Madrid, Móstoles, Alcorcón… Ojalá podamos tener un solo voto más que el rival», añade el alcalde.

Empresarios, turistas y vecinos van todos a una por esta causa. Francisco Javier Sánchez, que regenta la tienda de productos extremeños Villuercas-Ibores, indica que el pueblo «vive con gran ilusión este acontecimiento» y apunta que «está repercutiendo desde el punto de vista turístico, porque viene mucha gente a ver las luces. Lo estamos notando. La afluencia es diaria».

Todos unidos

Justo enfrente de este establecimiento nos encontramos Donde Vidal, el negocio de Vidal Esteban Serrano, dedicado a la venta de souvenirs y regalos. «Se nota más actividad y somos optimistas. Está todo el pueblo unido e involucrado porque sería un gran impulso. Creo que Guadalupe es una de las grandes desconocidas. Mucha gente te habla de Guadalupe de México cuando es mucho más anterior la Guadalupe de España, de hecho de aquí salieron todas las partidas para el Descubrimiento de América. Estaríamos más situados en el mapa».

Muy cerca de la plaza está el Restaurante Guadalupe Jordá, fundado en 1985. Su propietario, Ángel Jordá, se muestra esperanzado. «Si salimos ganadores, será un subidón. Si saliéramos en televisión retransmitiendo las campanadas, madre mía», dice este atlético de corazón, que asegura que desde 2017 el turismo en el municipio se ha incrementado más de un cuarenta por ciento. «Yo creo que esto lo tenemos ganado. La iluminación es una pasada».

A las seis y cuarto en punto se hace la luz. «Es precioso», añade Jordá. «Entre fray Guillermo (guardián del monasterio), el alcalde, los empresarios, los vecinos, todos han colaborado. Esto es una publicidad gratuita impresionante. El otro día me llamaron de la Cope, en Zamora. Es que Guadalupe es muy acogedor y se está dimensionando mucho. Por ejemplo este puente he tenido una lista de espera de 1.000 personas», subraya Ángel, un hombre muy amable al que le han salido los dientes en este negocio que abrió su padre. «Con 12 años ya estaba tirando cañas». Sirve potajes, guisos, quesos, jamones, morcilla, caldereta, cordero asado. Es una persona campechana, acogedora, hospitalaria. Invita a una Coca Cola y a un café y al salir en la foto pregunta entre carcajadas: «¿Encojo barriga?»

En ese momento llega una compañera del gremio. María Jesús Miranda, del hotel restaurante Alfonso Onceno. «Nos vemos con posibilidades, no paramos en las redes sociales y se ha notado muchísimo el turismo. Precisamente alquilé el negocio en 2017 cuando Ferrero Rocher nos dio el premio. Desde entonces las pernoctaciones han aumentado mucho. Se han animado las Navidades. Antes, a partir del puente, la cosa estaba flojísima, pero ahora ha sido un subidón. Viene mucha gente de Ciudad Real, Madrid, de Andalucía». Natural de Alía, María Jesús lleva 35 años en Guadalupe. «Vienen muchos chinos, flipan con la arquitectura y con los extremeños porque somos súper hospitalarios».

Marta González está detrás del mostrador de Nuestra Señora de Guadalupe, una panadería de dulces y pan típico, todo artesano. «Es un negocio familiar. Mis padres llevan 24 años en este local». La joven lo confiesa: «Estamos nerviosos esperando el sí, que nos digan que hemos ganado. Confío en que así sea porque está precioso Guadalupe. Ahora con las redes sociales se nota un montón y vienen a verlo en vivo». La chica es encantadora y de buen corazón. Tiene un gran sentido del humor: «Mucha gente me cuenta que intentan votar varias veces pero que no pueden, porque solo te dejan hacerlo una vez. Les digo que son cosas de los teléfonos». Explica que a los visitantes «les muerde la curiosidad por venir a vernos». Este lugar es como un planeta dulce donde se venden muédagos hechos con masa frita recubierta con miel, perrunillas con almendras, bollos de San Blas semejantes a los bollos suizos. «Pero lo que más vienen buscando es el pan tradicional porque en las capitales solo comen pan congelado». Le damos las gracias y contesta: «A ustedes». Le decimos, «Marta, nos puedes tutear», y suelta una risotada.

Lleno de turistas

Cuando la entrevista está a punto de finalizar, entra en la panadería Eloy García, un sevillano que con su mujer y otras dos parejas ha hecho un viaje vacacional. Son amantes de la Navidad y hace un tiempo incluso visitaron Centroeuropa movidos por esa afición. Esta vez han hecho un circuito pequeñito que ha comenzado en Mérida y ha seguido en Vigo, Sanabria, Madrid y Guadalupe. Precisamente se enfrentan al dilema moral de a quién votar, si a Sanabria o a Guadalupe. «En Sanabria se han implicado, reclamando el voto al visitante. Está también muy bonita la iluminación que ha montado allí Ferrero Rocher». Define a la Puebla cacereña como preciosa. «Nos está encantado», dice Eloy, que es más del Sevilla que del Betis, «pero nunca del Barça». No queremos hacer pucherazo, aunque le recomendamos que vote por la opción extremeña.

La plaza de Guadalupe es un hervidero. No paran de llegar personas haciendo fotos y selfies. Hay niños correteando, clientes en las terrazas, los bares llenos, un belén dentro de la basílica que sorprende por la gran cantidad de figuras de perros que incluye. Es un pueblo con mucha vida. Allí encontramos paseando a Carlos Pacheco, de Casar de Cáceres. «Si gana Guadalupe será mucho más conocida incluso a nivel internacional. Es la primera vez que visito el pueblo y todo es maravilloso. Aquí se respira ambiente navideño y la iluminación es la gota que colma el vaso. Nos vamos con muy buen sabor de boca». Este lugar, con aroma de otra época, aspira a quitarle el puesto a la Puerta del Sol, y como cantaba Mecano, el 31 de diciembre: «En el reloj de antaño, como de año en año. Cinco minutos más para la cuenta atrás. Hacemos el balance de lo bueno y malo. Cinco minutos antes de la cuenta atrás».