La pesadilla termina y comienza el calvario". A los policías locales Francisco Miguel y Juan Francisco ya no les queda esperanza. La Audiencia de Cáceres ha rechazado su recurso de súplica, en el que pedían que se paralizara la ejecución de la sentencia que les condena a tres años de prisión por un delito de falsedad en documento oficial y denuncia falsa, y el martes ingresarán en prisión.

Para Francisco Miguel, de 36 años, casado y padre de dos niñas de 9 y 4 años, cuyas únicas aficiones son tocar la trompeta (forma parte de la banda municipal de Miajadas) y las setas; y Juan Francisco, de 30 años, soltero, pero con novia, deportista (en su tiempo libre actúa de monitor en un gimnasio) y aficionado a la caza y la pesca, lo único que ya importa es que el tiempo pase cuanto antes y algún día se demuestre su inocencia y se limpie públicamente su nombre.

A estos dos miajadeños, que ingresaron en la Policía Local hace nueve años --"jamás hemos tenido un sólo problema", afirman, les espera la cárcel; a sus familias la incertidumbre. Al haber sido también condenados a la inhabilitación por dos años, la mujer de Francisco tendrá que buscar un trabajo para mantener a sus hijas, y la novia de Juan Francisco tendrá que hacerlo para pagar la hipoteca del piso que se han comprado.

¿Cómo se sienten sabiendo que les quedan tres días para ingresar en prisión?

-- FRANCISCO MIGUEL: Como si estuviera en el corredor de la muerte. Muy impotente y con una gran frustración.

-- JUAN FRANCISCO: Siento un poco de miedo, y también mucho dolor por mi familia.

¿Qué esperan encontrar?

-- F. M.: Yo sólo espero encontrar algo de dignidad.

-- J. F.: Yo no espero encontrar nada. Vamos a cumplir allí como uno más, haciendo lo que haya que hacer, cumpliendo la condena, justa o injusta, que han impuesto.

La entrada en prisión es inevitable, ahora se les plantean dudas sobre la justicia, ¿tienen alguna esperanza?

-- F. M.: La única esperanza es que los jueces nos escuchen, pues no lo han hecho.

-- J. F.: Que el Tribunal Constitucional al menos lea el recurso que hemos presentado, que lo examine y juzgue el procedimiento, los hechos y lo que hay detrás, pues se darán cuenta de que la pena que nos han impuesto es descompensada e injusta.

En el supuesto de que el Tribunal Constitucional resolviera a su favor, ¿reclamarían?

-- F. M.: No reclamaría nada, yo lo único que quiero es ser libre, ser el que siempre he sido.

-- J. F.: Que algunos medios de comunicación, que se han dedicado a hacernos un juicio paralelo, condenándonos siempre, rectificaran y limpiaran públicamente nuestros nombres.

Lo que está claro es que judicialmente son culpables. La Audiencia Provincial así lo ha fallado, y el Tribunal Supremo lo ha ratificado...

-- J. F.: Dicen que somos culpables, ¿pero de qué?, ¿de denunciar a una persona que según nosotros conducía de madrugada bajo los efectos del alcohol, y según él no iba borracho? Si esto es suficiente para llevarnos a prisión, que se cumpla la pena.

Pero dos compañeros de la Guardia Civil declararon en su contra. Si no son culpables de denunciar a un inocente, ¿por qué creen que lo hicieron?

-- F. M.: Porque si no resultábamos nosotros culpables, los culpables serían ellos.

-- J. F.: Lo cierto es que llamamos a la Guardia Civil para hacer la prueba de la alcoholemia, ¿lo hubiéramos hecho si no hubiésemos tenido claro que estaba borracho? Lo cierto es también que la prueba no se hizo, y la consecuencia es que si los guardias civiles hubiesen reconocido que el chico estaba bebido, como el Código Penal obliga a los cuerpos de seguridad a comprobar un delito, y conducir bajo los efectos del alcohol lo es, por no hacer la prueba se tendrían que haber abierto diligencias contra los guardias civiles. Es decir, si ellos confirmaban nuestra declaración, se habrían acusado a ellos mismos de cometer un delito. Eran ellos o nosotros, y ya se sabe lo que eligieron.

Han pasado casi cinco años desde que todo empezó, ¿cómo los han vivido?

-- F. M.: Absolutamente limitado, sin vida al no poder, por la incertidumbre, hacer planes para el futuro.

-- J. F.: Realmente mal, sobre todo desde que la Audiencia dictó hace dos años la sentencia condenatoria. Lo único que nos ha dado algo de aliento ha sido el apoyo de los compañeros, de los miles de miajadeños, y también gentes de prácticamente todos los puntos de España, que están con nosotros y creen firmemente en nuestra inocencia.

Hacia el que asegura ser su víctima, ¿que sienten?

-- F. M.: Antes de estos hechos había trato, ahora prefiero no decir nada.

-- J. F.: No siento nada, pero sí le diría que piense dónde nos ha llevado injustamente.

A las puertas de la prisión, una petición para quienes judicialmente han de pronunciarse sobre su caso...

-- F. M.: Que nos escuchen.

-- J. F.: Que detrás de cada procedimiento hay una vida.