La calidad y mejora de los sistemas de aislamiento térmico de los edificios es una cuestión fundamental para potenciar el ahorro energético y económico en la vivienda. Con unas buenas prácticas de uso de los sistemas de calefacción y un correcto sistema de aislamiento, las viviendas pueden conseguir de manera sencilla hasta un 50% de ahorro en el gasto de energía para la calefacción.

En nuestro país existen una gran cantidad de edificios y hogares que gastan energía de manera incontrolada debido a su mal aislamiento térmico. Esto no solo es un derroche económico importante, sino que es una práctica insostenible y poco solidaria con el entorno, pues obliga a consumir más energía de la necesaria.

¿Cómo potenciar el aislamiento térmico en la vivienda?

En internet podemos encontrar numerosos blogs de aislamiento térmico y eficiencia energética. En muchas ocasiones, la dinámica a seguir consiste únicamente en dejarnos dirigir por el sentido común, el mejor modo de alcanzar el aislamiento térmico.

Muchas de las viviendas y edificios residenciales, especialmente los de mayor antigüedad, están construidos siguiendo unas directrices en las que no se atendía a la cuestión de eficiencia energética y aislamiento térmico. Asimismo, durante el boom de la construcción, muchas promociones de vivienda priorizaban la rápida construcción a la construcción eficiente y sostenible, de modo que nos encontramos con viviendas edificadas sin criterio ambiental alguno en las que las condiciones de habitabilidad no siempre son óptimas.

Por suerte, desde hace años, la construcción atendiendo a criterios bioclimáticos está tomando fuerza. Esto hace que sean los propios clientes los que demanden viviendas más sostenibles, pues esto finalmente se traduce en un mayor ahorro económico y de consumo de recursos energéticos.

Un punto a tener en cuenta relacionado con el aislamiento térmico y los modos de edificación bioclimáticos y sostenibles es que esto ha servido durante los años más duros de la crisis para que muchas empresas de construcción se reciclen y, en lugar de optar por nueva construcción, destinen sus activos y recursos a proyectos de reforma habitacional en las viviendas siguiendo estos criterios.

Si pensamos que el aislamiento térmico es algo que puede dejarnos tiritando el bolsillo estamos muy equivocados. En el mercado hay disponibles soluciones con las que evitar una pérdida de calor importante. Así, vemos que sellar los huecos y grietas de puertas y ventanas con burletes y plintos consiguen que no se escape el calor del interior o entre frío del exterior.

Otra opción es colocar alfombras en el suelo en los meses con temperaturas más bajas. Así conseguimos proteger, aislar y dar calidez a la vivienda, pero también embellecerla.

Materiales óptimos que mantienen la vivienda aislada térmicamente

Los tipos de aislante térmico más usuales son los paneles de lana mineral, las fibras de celulosa, la espuma de poliuretano, las planchas de poliestireno expandido, el vidrio celular, la perlita expandida o el aglomerado de corcho, entre otros. Existen también materiales aislantes naturales que resultan altamente efectivos, como la paja o la lana de oveja.

Sea cual sea es aislante escogido, todos estos garantizan un buen aislamiento térmico y un consumo eléctrico más reducido, gracias a una demanda de energía inferior.

En el mercado hay diferentes productos para el aislamiento térmico como Alpharock Rockwool, paneles de lana de roca hidrófugos, que no necesitan mantenimiento y que ofrecen muy buenos resultados térmicos y acústicos. Los paneles Alpharock no son de lana mineral (Ojo es un producto diferente a la lana de roca), sino que están elaborados a partir de lana de roca.

Por sus cualidades, son una buena opción de gama media y ofrece interesantes resultados térmicos y acústicos, siendo los paneles de lana de roca de densidad 70 kg la mejor alternativa si buscamos aislar acústicamente o insonorizar.

¿Qué aspectos atender para elegir el aislamiento térmico más adecuado?

Elegir un buen aislamiento térmico resulta fundamental para marcar la diferencia entre pagar más o menos dinero por mantener la vivienda a una temperatura adecuada durante todo el año.

Como comentamos, ya no se trata solo de una cuestión económica, sino también de una apuesta por la sostenibilidad. Si evitamos la fuga energética, estamos reduciendo el consumo de energía, y esto lleva al ahorro económico y de recursos energéticos.

Los aspectos a tener en cuenta a la hora de escoger aislante térmico pasan porque sean bajos conductores. De este modo, no transmitirá el frío o el calor hacia el interior de la vivienda.

Un segundo punto importante es que ofrezca alta resistencia térmica, de modo que conserve la temperatura. Por último, la velocidad de combustión debe ser baja, así, en caso de incendio, el fuego no se propagará rápidamente y esto aumentará la seguridad de la vivienda.

Finalmente, no está de más recordar cuáles son las áreas de la vivienda que son considerados puntos débiles, pues por ahí se escapa la energía. Estas son: el techo, el suelo, la fachada, las puertas y las ventanas. Cada una de estas zonas se puede aislar con diferentes materiales, si bien en muchos casos, las soluciones económicas ofrecen una gran ayuda.