El cannabidiol es una sustancia presente en la marihuana que comienza a ser un remedio común para calmar el dolor, rebajar la ansiedad y mejorar el sueño en países como Estados Unidos y algunos de Europa, también en España.

El cannabis, otro nombre para denominar a la marihuana, está compuesto por más de 100 sustancias químicas. Las dos más predominantes son el tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD). Del THC se ha escrito mucho, es el compuesto psicoactivo que altera el sistema nervioso central, el que hace a quienes consumen marihuana sentirse “fumado”. Desde el año 1971 en el Convenio de Viena, el THC es considerado como una sustancia “estupefaciente”.

Por el contrario, el CBD no es psicoactivo y se consigue a través de una extracción de la flor de marihuana. A este compuesto se le asocian muchos efectos beneficiosos para el ser humano. El CBD es, por tanto, la parte “buena” del cannabis, la que permite a los consumidores no sentirse “colocados”.

Los pacientes de esclerosis múltiple, entre otras enfermedades, lo utilizan para combatir la espasticidad (músculos contraídos) y se usa también como tratamiento como el cáncer. Muchos neurólogos prescriben tratamientos con esta sustancia y en España es legal si se pide permiso a la EFSA, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria.

En internet se comercializa cannabis con CBD. En la actualidad, desde marzo de 2018, el CBD solo se puede utilizar como producto cosmético o industrial. En el mercado hay sprays de uso medicinal con THC y CBD en cantidades específicas que hacen que no se produzca adicción, confirman los neurólogos.

¿Cuál es la concentración de estupefacientes permitida en el cannabis?

La Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios determina que las plantas de marihuana con concentraciones inferiores al 0,2% de THC no son estupefacientes. Pero no siempre el tema es tan sencillo.

La fiscalización, lo que se analiza, es el contenido en THC, pero previo a eso, la flor de cannabis debe estar autorizada por la Agencia Española, independientemente de su porcentaje. Además, separar THC y CBD no es tarea fácil.

La falta de información con el cannabis

Los efectos positivos del CBD para la salud son cada vez más conocidos. Joseba Zabala, médico de Salud Pública y experto en drogodependencias, reconoce los efectos beneficiosos del CBD pero insiste en que no existe una evidencia contundente a nivel de ensayos clínicos.

Zabala, así como otros expertos, advierte que si los datos científicos avalan que se trata de una sustancia que puede tener un margen terapéutico favorable que se legisle como tal, debe ponerse en manos de los especialistas, pero no a disposición de cualquiera. Si tiene propiedades farmacéuticas ha de venderse en farmacias, si bien en la actualidad se comercializa a través de canales que no son estrictamente farmacológicos ni sanitarios.

El cannabis y los porros

Si dejamos a un lado el tema de la desregulación de la marihuana, los especialistas advierten que las propiedades del cannabis no tienen nada que ver con los porros. En España existe la creencia de que mezclar marihuana con tabaco es el camino para acceder al CBD y que estos efectos positivos equilibran los del tabaco, haciendo así de los porros un producto saludable.

Todavía en la actualidad existe un vacío legal que está generando mensajes erróneos y malos usos del cannabis con CBD, pero la puerta sigue abierta para la aprobación del cannabis para tratamiento medicinal y terapéutico.

En otros países, como Estados Unidos, el cannabis con CBD está en auge. El cannabidiol es un tema de tendencia pero hay que seguir investigando y haciendo comprobaciones. Una de las últimas investigaciones advierten que es posible que el CBD tenga efecto placebo, que puede tener impacto a nivel molecular.

Cuando la ciencia avance en la comprensión de la sustancia, en cannabis aumentará su impacto a nivel mundial. Ya muchos países, como es el ejemplo de Canadá, han legalizado el consumo de marihuana, y en otros lugares, como en Estados Unidos, se ha autorizado el uso de aceite con CBD. En esos casos, los residentes tienen derecho a tener comestibles de CBD y otros formatos, aunque normalmente se autorizan las formas orales.

En España, hasta febrero de 2018, algunas empresas comercializaban aceite de CBD como complemento alimenticio, algo que ya no es posible a día de hoy.