La sangre joven de Europa mide sus fuerzas en el campo de fútbol este verano. La Eurocopa sub-21 sigue su curso, demostrando el poderío de las selecciones nacionales de todo el continente europeo y la fortaleza de las canteras más jóvenes. Una competición repleta de talento y clase, con jugadores que están logrando mirar de tú a tú a las grandes estrellas de las competiciones más profesionales del mundo entero.

Por supuesto, España ha partido este año como una de las grandes favoritas, aunque su comienzo no ha sido precisamente el mejor de todos. El conjunto de Mayoral cayó en su primer partido frente a Italia con un doloroso 3-1, un revés de los que te obligan a sentarte, reflexionar, descansar y salir con más fuerza que nunca.

Y así lo ha hecho el equipo español desde entonces. Su ímpetu, su fuerza, su juventud y su capacidad para distribuirse en el campo han conseguido hacer que cada contrincante caiga en sus redes fácilmente y que, de hecho, sean el grupo favorito en todas las estrategias de apuestas de fútbol.

Poco pudieron hacer los nacionales frente al conjunto transalpino, sobre todo cuando los italianos sacaron a relucir el férreo juego que tanto les caracteriza. A pesar de haber comenzado con un tanto a favor frente al conjunto amarillo, no tardaron demasiado en seguir encajando goles, hasta que finalmente el árbitro pitó el final con un marcador poco alentador para la Roja.

Pero aun así, como decíamos antes, este equipo ha demostrado que sabe reponerse y coger fuerzas de donde no la hay para remontar y recuperarse tanto física como mentalmente. Y es algo que todos pudimos ver en el siguiente encuentro, esta vez contra una Bélgica que no tardó demasiado en ver cómo el marcador se ponía en su contra.

Minuto 6 del partido y Olmo lograba machacar la portería contraria para poner a los españoles por delante. Los belgas también supieron reponerse y hacer su juego para empatar en el minuto 24; pero de nada serviría porque, a poco antes del pitido final, Fornals conseguía marcar otro tanto que daba la victoria a los españoles.

Positivismo y alegría, ese es el espíritu general que llena el vestuario de la sub 21 española. La cuadrilla formada por Mayoral, Núñez, Aarón, Oyarzabal, Lirola, Soler, Ruiz, Vallejo, Zubeldia, Roca, Simón y Martín ha demostrado que se entiende a la perfección cuando está fuera y dentro del césped, y que cuando se organizan pueden ser verdaderamente letales y efectivos.

Lo han demostrado también contra Rumanía, con un escueto 1-0; pero lo han terminado de confirmar con su partido contra Polonia. Los polacos no sabían que el tifón rojo se les acercaba, pero notaron fácilmente su presencia cuando vieron como el conjunto español lograba salir del partido con un 5-0 a favor.

Anularon por completo a sus rivales, colándose hasta la cocina y traduciendo en gol casi cada internada conseguida a lo largo de los 90 minutos de juego. Imparables, insaciables y letales, tuvieron tiempo y sitio para colar incluso algún que otro espectacular gol de falta para demostrar su poderío. Aunque también hubo sitio para que Dani Martín, el guardameta del conjunto, se luciera parando una jugada de córner que parecía estar dentro.

Los españoles han demostrado que, cuando rugen en conjunto, toda Europa puede temblar ante su fuerza. Tienen madera de campeones, y su paso por semifinales servirá para determinar si pueden llegar o no a lo más alto en las futuras Olimpiadas. La cuadrilla nacional está acercándose a la cima, pero todavía tiene que demostrar su valía contra algunos de los huesos más duros de roer del panorama europeo.

Sea como fuere, el equipo está demostrando un rendimiento excepcional y una competitividad altísima. Los jugadores tienen una sincronía como pocas veces se ha visto en el fútbol, esa que separa un partido normal de uno de calidad real, y lo están demostrando con una racha de victorias sensacional.

¿Cómo seguirán los próximos partidos? Desde luego, es pronto para aseverarlo, pero tienen madera para arrasar con todo lo que les venga por delante, sobre todo si logran seguir funcionando con esa eficacia que acaba convirtiendo cada conjunto de pases en gol. Están cada vez más cerca de hacer que podamos gritar con orgullo que somos campeones de Europa otra vez, aunque ya han dejado claro que tenemos razones de sobra para sentirnos orgullosos de esta cuadrilla del sub-21.

Mucho talento y fuerza definen a este equipo que representa a España en la Eurocopa. El futuro de todos y cada uno de ellos es más que prometedor en el deporte rey.